Histórica disculpa pública. La primera disculpa pública de una congregación religiosa a una víctima de abuso sexual en México se realizó este martes en la sede de la Universidad La Salle en Tlalpan.
El agresor el lasallista Francisco Serrano Limón (hermano de Jorge Serrano, líder emblemático Pro vida en México) fue acusado de abuso sexual por Jorge Flores Silva en noviembre del 2018 en el “Foro Nacional Derechos de la Infancia ante la pederastia clerical”, organizado por Spes Viva en Monterrey.
Jorge Flores sufrió los abusos a la edad de 14 años.
En el año 2002 mientras estaba internado en la casa de formación religiosa Aspirantado.
La casa se ubica en la Ciudad de México, pero la víctima logró denunciar públicamente a su agresor a los 32 años de edad.
En una entrevista concedida a esta columnista a mediados de 2019, explicó por qué no se atrevió a denunciar antes.
“Cuando pasaban los abusos me decía que tenía un hermano que era poderosísimo y comenzó siendo nada y ahorita tiene mucho dinero y mucho poder…
“Francisco si era una persona con mucha perversión”, dijo Flores.
Histórica disculpa pública
Después de la denuncia pública en 2018 los lasallistas no contactaron a la víctima, tal vez no creían en ese testimonio.
Fue Jorge Flores quién buscó el diálogo con los religiosos, después de haber recibido otras denuncias en contra de Serrano Limón.
Así, un proceso de más de tres años concluyó en un acuerdo entre particulares para dos víctimas de Francisco Serrano.
Sólo que una ha preferido mantener el anonimato.
En el 2019, Jorge Flores mencionó que si presentó la denuncia ante las autoridades civiles.
Sin embargo, el delito ya había prescrito.
Desde el inicio del diálogo con los lasallistas, Jorge prefirió guardar silencio sobre el proceso eclesiástico que seguía en el que lo acompañaron Jesús Romero Colín, los abogados David Peña y Michel Salas.
Proceso secreto
A su vez, los hermanos lasallistas mantuvieron en secreto el proceso canónico seguido al abusador.
Sólo se confirmó que fue exclaustrado (se le expulso de esa institución religiosa) después de la investigación administrativa realizada por esa congregación.
En el evento histórico, por acuerdo entre las partes no se mencionó el nombre del influyente Francisco Serrano Limón, quien manejó fondos de los lasallistasz
Por esa administración también fue investigado por fraude a la congregación.
Este martes, los religiosos impusieron una serie de restricciones para el evento.
Limitaron el número de invitados y para ello se elaboró una lista de 83 personas, aunque sólo asistieron 60.
Al iniciar el acto, realizado en el área de canchas de la sede universitaria, se advirtió a través del sonido que no estaba permitido grabar, tomar fotografías, ni realizar entrevistas, ni silbidos, ni señas, ni mostrar cartulinas, porque eso causaría la suspensión de éste.
La disculpa
La disculpa pública fue calificada como “Encuentro Fraterno” que sin duda es un paso adelante en la lucha contra la pederastia clerical.
Sin embargo, en ésta se aclaró que los asistentes al evento, en donde se buscó “la reconciliación, el perdón y la paz”, eran invitados únicamente de Jorge Flores.
Por ello, la presencia de los hermanos lasallistas a este acto se vio reducida sólo a uno.
Se trata de Pedro Álvarez supervisor del distrito Antillas México Sur responsable de dar el mensaje de la congregación.
Álvarez no fue contundente en su disculpa pública.
Se escondió tras un lenguaje religioso de reconciliación y solidaridad.
Afirmó que era un “acto solemne bajo los principios de buena fe, empatía, credibilidad, confianza y solidaridad”.
Recordó que los lasallistas el 12 de octubre del 2021 en la capilla de San José en la Basílica de Guadalupe realizaron una eucaristía de perdón y reconciliación.
Ahí, dijo, se pidió perdón a las víctimas de acoso, abuso sexual, violencia o discriminación.
Y manifestaron su solidaridad con las víctimas y sus familiares.
Es decir, los lasallistas ya habían cumplido con su parte acorde con las indicaciones del papa Francisco de pedir disculpas a las víctimas.
En su participación, Jorge Flores Silva no logró concluir la lectura de su mensaje, entre sollozos, dejó el espacio a una de sus ex alumnas Zaory para que lo concluyera.
En el mensaje reconoció que Jesús Romero Colín, quien también fue víctima de abuso sexual por un sacerdote, fue su apoyo principal en este proceso de dolor en el que intentó suicidarse en varias ocasiones, cayó en la drogadicción y en el alcoholismo.
Una parte de la reparación del daño fue económica, cantidad que no se dio a conocer, pero no fue la solicitada por Jorge Flores durante las negociaciones.
Este arreglo entre particulares sin que las autoridades civiles mediaran, consideran activistas que luchan contra la pederastia clerical, no es la mejor solución, pero respetan las decisiones de las víctimas.
Cristiana Sada Salinas, presidenta de Spes Viva, aseguró que las “disculpas dadas a víctimas son aplaudibles por disruptivas, no obstante de ninguna manera deben interpretarse como la vía ideal para dirimirlos delitos de los abusos sexuales y las devastadores consecuencias que acarrean”.
En México, consideró urgen reformas legislativas y judiciales que “terminen con la rampante impunidad, donde las complicidades entre los Poderes se traducen en encubrimiento que violan derechos humanos de las víctimas y favorecen a la Iglesia Católica”.
Imprimir artículo