Paralizados

Paralizados. Las visiones encontradas sobre las agresiones que sufren las mujeres en nuestro país afloraron la semana pasada.

Para Alejandro Encinas, México enfrenta una “gravísima situación de violencia hacia las mujeres» mientras que el presidente minimiza el problema y asegura que“afortunadamente… tuvimos ya una disminución en feminicidios”.

La consecuencia es la parálisis.

Las cifras confirman el feminicidio en curso.

Karla Quintana, titular de la Comisión Nacional de Búsqueda(CNB), asegura que se han acumulado más de 24 mil 600 desaparecidas, la “mayoría de ellas adolescentes entre 14 y 19 años”.

La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, lo reconoce porque en las 12 mañaneras sobre seguridad realizadas en 2021 utilizó el término “feminicidio” en 20 ocasiones; el presidente lo hizo en una sola para decir que antes no se utilizaba ese término y que ahora sí, porque ya no es como antes.

Hay suficiente evidencia para documentar el desconcierto y reticencias presidenciales frente al calvario que viven las mujeres mexicanas y lo insuficientes que son las políticas adoptadas.

El 22 de abril Benito Jiménez, de Reforma, le hizo al presidente la pregunta de fondo: si el caso de la joven Debanhi Escobar ilumina la epidemia de las jóvenes desaparecidas, eso “¿no está prendiendo alertas en el gabinete federal?.

El presidente lo negó y le restó importancia: ellos atienden “todos los casos”, tienen una “reunión diaria desde las 6:00 de la mañana” y el número de afectadas se reduce.

En otra ocasión abordaré la reveladora danza de cifras.

Paralizados

La realidad rebasó las negaciones presidenciales.

La semana antepasada los feminicidios coparon la agenda nacional.

El gobierno federal tenía que reaccionar de alguna manera y el presidente lo hizo anunciando el nacimiento de una nueva sección de las mañaneras.

Se titula Cero impunidad, aparecerá los jueves de cada semana y ahí hablarán sobre “los casos que se están investigando por violencia”.

El subsecretario de seguridad Ricardo Mejía Berdejcondujo el primer programa donde el apresuramiento fue evidente.

El grueso de la sección descafeinada porque se presentó justo antes de la polémica iniciativa de reforma electoral— fue una lista de delincuentes detenidos (entre los mencionados por Mejía estuvieron el Gusano, el Grilloy el Chopa) y el anuncio de que se había conformado un grupo interinstitucional entre la federación y Nuevo León.

La creación de instancias burocráticas es una forma habitual de disimular la parálisis.

Parálisis estatal 

La titular de la CNB, Karla Quintana, captó la atención por su emotiva y bien fundamentada invitación a las comisiones locales de búsqueda y fiscalías de los 32 estados para “coordinarse” mejor y poder localizar con vida a las desaparecidas.

El llamado confirmó que están paralizados un buen número de gobiernos estatales, de Morena y otros partidos.

La inacción de la mayoría de los gobiernos morenistas sorprende porque es un partido que aglutinó a un buen número de víctimas y de familiares de víctimas.

Una vez en el gobierno, tradujeron la combatividad de antaño en enjundia con la promoción de las consultas deseadas por el presidente, las peleas intestinas y la disputa de candidaturas.

¿Sería muy difícil que dedicaran una parte de esa energía aatender la violencia que diezma las filas de las jóvenes?

Siendo justos, la indiferencia es generalizada.

En abril, el congreso aprobó por unanimidad en ambas cámaras el Centro Nacional de Identificación Humana que dependerá de la Comisión Nacional de Búsqueda.

Fue un voto mañoso porque, como señala Santiago Corcuera Cabezut en una columna publicada por El Universal, un artículo transitorio aclara que el Centro no tendrá presupuesto propio; deberá ser financiado por la CNB que, en palabras de Corcuera, “deberá usar sus propios recursos, de por sí limitados, para tal fin”.

En una entrevista para Roberto Zamarripa en Reforma (1 de mayo de 2022), Karla Quintana asegura que “los desaparecidos son de todos”.

Es correcto, pero los familiares de las víctimas, los medios de comunicación y la sociedad organizada sí han respondido sustituyendo en muchas ocasiones a un Estado ausente.

Quienes han fallado son unos gobernantes paralizados porque, asumámoslo, no saben qué hacer.


Colaboró: Dulce Alicia Torres Hernández.

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