El tenebroso invitado a México del Partido del Trabajo. Rodrigo Granda es uno de los lideres de la FARC, tiene inmunidad en su país, producto de los acuerdos de paz que se firmaron con el entonces presidente de Colombia, Manuel Santos.
Pero Granda tiene cuentas pendientes en Paraguay, por el secuestro y asesinato de Cecilia Cubas Gusinky, hija del expresidente paraguayo, Raúl Cubas Grau y de la ex senadora Mirta Gusinky.
Granda fue retenido en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, porque las autoridades migratorias se percataron que existía un código rojo de la Interpol en su contra, ya que es buscado por la justicia en Paraguay.
Las autoridades mexicanas tuvieron que optar entre detenerlo para extraditarlo al país solicitante o deportarlo en el primer vuelo a Bogotá.
Hicieron lo segundo, probablemente para no meterse en complicaciones respecto al proceso de paz en Colombia o porque aliados de la 4T presionaron para ello.
Granda estaba invitado a participar en encuentro organizado por el Partido del Trabajo.
“Los partidos y la nueva sociedad”, se realiza en la Ciudad de México en estos días.
En el PT saben de la catadura moral de las FARC, pero no les importa.
Tampoco tienen empacho en felicitar cada año al dictador de Corea del Norte, Kim Son Il.
El tenebroso invitado a México del Partido del Trabajo
La implicación de Granda es porque las FARC asesoraban a los integrantes del Ejército del Pueblo Paraguayo.
Ellos se encargaron de realizar el secuestro y de cobrar 800 mil dólares de rescate.
Aunque en el proceso de las negociaciones exigieron 5 millones de dólares.
La computadora de Raúl Reyes, otro de los líderes históricos de la FARC, muerto en Ecuador durante una incursión del ejército colombiano, contenía información sobre el secuestro de Cubas y la participación de Granda.
Eran indicios, pero que no pueden ser utilizados porque la Suprema Corte de Colombia las declaró no válidas, debido a la forma en que fueron obtenidas.
Pero en Paraguay es otra la historia, y el ex fiscal Óscar Germán Latorre, está convencido de la participación de Granda en el secuestro de Cubas y en otros más, como asesor y como responsable intelectual.