AMLO, un peligro para la prensa. Leopoldo Maldonado Gutiérrez, director regional de la Oficina para México y Centroamérica de Artículo 19, mencionó que actualmente se registra una agresión contra periodistas cada 14 horas en promedio.
“No nacimos hace tres años. Precisamente por eso, sabemos, a pesar de la negación, que hoy el ejercicio de la libertad de expresión no tiene mejores condiciones que antes del 2018”, subrayó.
El representante de la organización defensora de la libertad de expresión destacó que la contínua violencia contra la prensa, es el resultado de gobiernos ausentes. Estas situaciones provienen desde sexenios anteriores e incluyen al actual, ya que demostraron ser incapaces de impedir la violencia. También no pueden garantizar medidas para evitar que suceda, de investigar los crímenes contra la libertad de expresión y de reparar el daño. Los gobiernos, se han dedicado a agredir directamente a los medios mediante el estigma, la violencia física y el acoso, entre otros agravios.
En un informe de Artículo 19, se investigaron los primeros tres años de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Se descubrió que hubo un 85 por ciento más ataques contra la prensa que en los primeros tres años del sexenio pasado. Existen un total de 1,945 agresiones contra la prensa, 31 asesinatos y 2 desaparecidos, convirtiéndolo en un periodo letal para el gremio periodístico.
AMLO, un peligro para la prensa
“La violencia contra la prensa en México es una tragedia sostenida y por lo tanto, normalizada”, expresó el Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Pedro Vaca Villarreal.
En la presentación del informe anual 2021 de la organización Artículo 19 “Negación”, el relator dijo un discurso. Mencionó que la democracia necesita del periodismo, este sistema promete a periodistas garantías para hacer su trabajo. Sin embargo, en el caso de México la prensa ha pasado y heredado una tragedia dolorosa con un alto costo.
“En países donde no se registra violencia letal contra la prensa, el eventual asesinato contra un o una periodista termina acaparando la atención no sólo del gremio o de los medios, sino también de las instituciones en su conjunto”, señaló.
Se dijo que cuando la violencia contra la prensa es reiterada y en su mayoria con la impunidad en los casos, genera más violencia. Por consiguiente las víctimas, familiares, proyectos periodísticos y los hechos que el periodista estaba investigando, pierden el reconocimiento social.
“En el último tiempo la reacción institucional parece estar resignándose a ver la violencia contra la prensa no como un fenómeno a erradicar sino como una situación con la que se debe de convivir”, dijo el relator.
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