Se debilitan Los Chuchos en el PRD

Ciudad de México.- Tras mantener el poder durante más de una década dentro del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Ortega y Jesús Zambrano, conocidos como Los Chuchos, están debilitados.

Durante cuatro veces seguidas, Nueva Izquierda (NI) retuvo la dirigencia nacional, pero esta vez fueron doblegados por la corriente del PRD, Vanguardia Progresista, que lidera Héctor Serrano, hasta perder el control del partido.

Con la llegada de Alejandra Barrales a la dirigencia nacional del partido, NI quedó rezagado en las fuerzas al interior del PRD.

Tras la renuncia de Agustín Basave a principios de junio pasado, se convocó a Consejo Nacional, donde NI planteaba mantener a Beatriz Mojica como presidenta nacional, por lo que Los Chuchos intentaron tejer una alianza con una parte de Foro Nuevo Sol, una corriente pequeña y que por el momento está dividida, pero la fuerza del bloque encabezado por los Serrano y Héctor Bautista, líder nacional de Alternativa Democrática Nacional (ADN), dejó claro quién tiene el poder dentro del PRD, tanto en la Ciudad de México, como en un nivel nacional.

La primera ruptura se dio con la salida de Guadalupe Acosta Naranjo de las filas de NI, quien tras intentar acuerdos, no logró obtener la coordinación de la bancada del sol azteca en la Cámara de Diputados, por lo que abandonó al grupo de Los Chuchos y buscó formar un equipo propio, Iniciativa Galileos, que fue aprobada como corriente interna el pasado sábado.

Sin embargo, la declive de NI fue con Carlos Navarrete al frente del PRD, con el caso Iguala y la desastrosa derrota electoral el 7 de junio de 2015, con la que presentó su renuncia al cargo.

La llegada de Alejandra Barrales al frente del sol azteca significa una apertura en la política de alianzas, misma que dejó clara en su primer discurso: «habrá alianzas con todos menos con el PRI».

Para negociar la llegada de Barrales, Ortega y Zambrano buscaron al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, y a cambio de apoyarla solicitaron la Secretaría de Educación de la Ciudad de México, sin embargo, el acuerdo para que ella aceptara la dirigencia era colocar a un personaje afín en el cargo.

Barrales enfrentará la elección de 2017, donde entre otros cargos se disputará la gubernatura del Estado de México. Hasta ahora el mejor posicionado es el legislador y ex presidente municipal Juan Zepeda, miembro de ADN.

La candidatura de Zepeda significaría un descalabro más para Ortega y Zambrano, ya que podría convertirse en el primer gobernador emanado de las filas de ADN.

En el último año, Nueva Izquierda ha perdido la coordinación de la Cámara de Diputados, la presidencia nacional, y en números, la mayoría de consejeros nacionales, lo que marca un escenario incierto para la corriente.

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