El pastor cubano que cura la homosexualidad y recarga los celulares

Puebla.-Parados frente a sus butacas, unos 100 feligreses escuchan al pastor habanero Adrián Pose mientras agitan el cuerpo violentamente. Algunos jadean con los ojos cerrados, otros dan brincos, giran sobre si? mismos, y elevan las manos al cielo. Enérgico, el pastor grita desde el estrado «¡Fuego! ¡Fuego! Ahora mismo fuera de aquí, demonios» y el movimiento de los cristianos, sobre los bancos, se vuelve más intenso. Después de casi tres horas de culto, el calor adentro del templo Casa de Gloria, en Marianao, La Habana, se hace insoportable.

Los líderes del grupo evangélico, que van y vienen entre los fieles, portan unas sábanas blancas para envolver a «los poseídos». Una vez que encuentran los cuerpos ocupados por el demonio, los cubren y conducen hasta la parte delantera. En una línea frente al estrado están formados un chico joven y delgado, una anciana con evidentes secuelas de la quimioterapia, y una mujer que anhela «curar» la discapacidad intelectual de su hija pequeña.

En el salón algunos fieles convulsionan, pero la más afectada parece ser una chica muy joven, de cabello recogido y ojos saltones, que acudió por primera vez a Casa de Gloria. Con la vista perdida, le tiembla el cuerpo entero.

La voz del pastor se escucha más fuerte cuando se acerca a la muchacha: «¡En nombre de Jesu?s yo te salvo ¡En el nombre de Jesu?s!», le grita. El sudor empapa la cara de la chica mientras la pastora le pone la mano sobre el abdomen. La joven «poseída» se tira de rodillas al piso y da gritos de espanto, chillidos punzantes que retumban por toda la iglesia. Adrián se acerca: «Sal de ese cuerpo, demonio fornicador», ordena, y de repente la chica se desploma.

Por:CLAUDIA PADRÓN | TREMENDA NOTA

Foto: Alejandro Trujillo Valdés

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