A través del Departamento de Justicia en un Tribunal Federal de Nueva Jerssey, el gobierno de Estados Unidos acusó a la mega empresa tecnológica Apple de mantener un monopolio en el mercado de los smartphones y de usar su control sobre el iPhone para «incurrir una conducta amplia, sostenida e ilegal».
También se acusa a Apple de bloquear el desarrollo de aplicaciones de ‘streaming’ que permitirían a los usuarios disfrutar de videos de alta calidad sin tener que pagar por más espacio en la nube o ‘hardware’ para que el teléfono pueda soportarlo.
La demanda es una de las consecuencias más reciente de la estrategia del Departamento de Justicia para hacer cumplir agresivamente la ley antimonopolio federal que, según las autoridades, tiene por objetivo garantizar un mercado justo y competitivo.
El presidente Joe Biden ha pedido a dicha insitutición que haga cumplir los estatutos antimonopolio; algunos líderes empresariales lo han encontrado como una medida que el demócrata está extralimitando, mientras que otros han elogiado dicho plan.
Por su parte el fiscal general, Merrick Garland dijo en un comunicado que «Si esto no cambia, Apple seguirá fortaleciendo su monopolio en los teléfonos inteligentes».
Apple calificó la demanda como “incorrecta desde el punto de vista de los hechos y de la ley” y dijo que “se defenderá enérgicamente contra ella”.
Esta empresa es una de las más prósperas en el mercado pues sus ingresos anuales son de casi 400.000 millones de dólares, y un valor de mercado de más de 3 billones de dólares.
Es por ello que Apple se defendió argumentando que de ganar el gobierno estadounidense la demanda, esta «obstaculizará nuestra capacidad de crear el tipo de tecnología que la gente espera de Apple, donde el hardware, el software y los servicios se cruzan” y “sentaría un precedente peligroso, al permitir al gobierno tener peso en diseñar la tecnología de la gente”.
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