El pueblo. En San José de Gracia, Michoacán, ocurrió un hecho criminal que revela las debilidades institucionales que ese estado padece, desde hace ya varios años, pero que se han ido profundizando.
En un vídeo difundido en las redes sociales se muestra el momento de lo que pareciera un fusilamiento.
Las primeras versiones apuntan a 17 víctimas, pero hasta el momento todo es confuso.
Lo que sí sabemos es que en el lugar ocurrió un tiroteo, ya que se recuperaron casquillos de armas de fuego de .9mm,7.62, 5.56 y 45 mm.
También se encontraron restos de masa encefálica.
Los sicarios se llevaron a los cadáveres y lavaron la escena del crimen.
Todo indica que se trató de un ajuste de cuentas entre organizaciones criminales que aprovecharon un velorio para desatar el ataque y hacer un montaje terrorífico, como ya está volviendo costumbre, retornando a los momentos más álgidos de la década pasada.
Los delincuentes tuvieron tiempo para actuar, porque sabían que no estaban en riesgo de ser detenidos.
El pueblo en vilo
Los tres policías municipales, al percatarse de los hechos, se alejaron del lugar “por no tener capacidad de enfrentar a esos grupos”.
Las autoridades estatales y federales llegaron unas tres horas después de ocurridos los hechos.
Ante la gravedad de lo ocurrido, la Fiscalía de Michoacán lo primero que intentó fue descalificar las versiones del fusilamiento y poner en duda lo ocurrido.
Un error que ahora genera mucha suspicacia y que abre la puerta de para toda clase de versiones.
Es un coctel peligroso: falta de información, grupos criminales impunes y poblaciones dejadas a su suerte, porque hace mucho que se determinó no invertir en la formación policial, porque en teoría todo se resolvería con la creación de la Guardia Nacional, lo que por supuesto no ocurrió ni ocurrirá.
Por otro lado, ya es evidente el daño que han hecho las posposiciones para enfrentar con decisión al crimen organizado.
Se perdieron años en los que los mensajes confusos, permitieron que los bandidos se fortalecieran de un modo inaudito y que entraran en una zona de cinismo y sin límites.
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