Poco después de las 3:30 de la madrugada de este sábado, Mario Delgado salió a una conferencia para confirmar cosas que ya se presumían y que desde el mediodía del viernes se viralizaron en redes sociales.
Lo de más expectativa fue el nombramiento de Clara Brugada como coordinadora de los comités de la cuarta transformación en la Ciudad de México, a pesar de que perdió la encuesta con 14 puntos de diferencia.
El presidente nacional de Morena hizo este anuncio en un hotel de la colonia Anzures, flanqueado por la misma Brugada.
Pero la expectativa mediática no solo estaba en ambas figuras, pues muy al extremo izquierdo del presidium, alejado y serio, se colocó Omar García Harfuch.
“HIJOLE, NO VA A VENIR”
Cuando la conferencia estaba por empezar muchas miradas se dirigían hacia la puerta de un salón donde seguidores del ex funcionario querían dar portazo para entrar, entre gritos de protesta como el de “¡la encuesta se respeta!”.
Pero dentro del salón donde se realizaría el mensaje a medios, los reporteros comenzaban a inquietarse por otro tema.
“¿Dónde está Harfuch?”, “No veo a Harfuch”, “Híjole, no va a venir Harfuch”, se empezó a escuchar primero como un susurro y luego como un coro.
El ex jefe de la Policía no aparecía en escena, a pesar de que todas las figuras principales del morenismo ya estaban ahí, y entonces se preveía el berrinche, la división y el rompimiento.
Pero el “Batman” que no será, surgió de entre sus colaboradores y su escolta de guardaespaldas, con su andar y porte marcial colocándose muy al extremo del presídium.
Lucía un rostro más adusto que de costumbre y soltaba una risa forzada a quien le buscaba la mirada.
Harfuch se colocó junto a Ricardo Sheffield, otro ganador en la encuesta que en ese caso iba para Guanajuato, pero la cuota de género los puso a ambos en el bando de los perdedores a pesar de haber arrasado en los sondeos.
ANUNCIOS
Aunque es un campeón sin corona, el ex titular de la SSC capitalina traía un semblante más relajado que como se veía una hora y media antes, cuando junto con Mario Delgado y Clara Brugada salieron a revelar los resultado de tres encuestas que lo posicionaron con 40.5 puntos contra los 26.7 de la ex alcaldesa en Iztapalapa.
En ese mensaje Harfuch era un amasijo de nervios. Tenía la boca seca y le temblaban las manos. Su incomodidad resultaba evidente.
Tuvo que usar un discurso que llevaba en un folder bajo el brazo, incluso para mencionar y saludar a sus adversarios en esta contienda como a Gatell, Torruco, Mariana Boy y a la propia Brugada.
Así habló de trabajar unidos, “siendo incluyentes y tomando en cuenta todas las voces”.
Su semblante y su mirada no eran de un ganador por 14 puntos.
ENCUESTAS: LA SIMULACIÓN
Luego de quedar claro que Harfuch arrasó en todos los indicadores de las encuestas, tanto en conocimiento, positivos, imagen y cercanía con la gente, Mario Delgado dijo que iba a una reunión privada con los 18 finalistas para las nueve candidaturas a gobiernos estatales.
Esa reunión sería para explicarles la aplicación del criterio de paridad de género y así cumplir lo ordenado por el Tribunal Electoral en la contienda para Yucatán, Veracruz, Tabasco, Puebla, Morelos, Jalisco, Guanajuato, Chiapas y Ciudad de México, con cinco mujeres y cuatro hombres.
Después tendría lugar la conferencia para explicar a los medios y a la opinión pública la aplicación de ese criterio de género que modificaría la lista de los 18 finalistas.
Para ese momento solo Rocío Nahle en Veracruz y Margarita González en Morelos tenían aseguradas sus respectivas candidaturas.
Había siete hombres como triunfadores de encuestas y a fin de cumplir con la resolución de la autoridad electoral había que “bajar” a tres de ellos.
Uno de ellos sería Harfuch, el otro Sheffield y el tercero Carlos Lomelí en Jalisco.
Pero lo que más de 100 reporteros comenzaban a especular era para qué habían servido entonces las encuestas si la decisión final se tomaba en un salón alterno, a puerta cerrada, como si se tratara de cardenales en cónclave pontificio.
No tomaba sentido que Morena hubiera contratado nueve casas encuestadoras para levantar 28 sondeos y medir a 285 aspirantes en nueve estados, si una cúpula definía en la madrugada de este sábado a los candidatos.
EL GÉNERO
Lo que Mario Delgado salió a justificar en la conferencia era no sólo la resolución del Tribunal Electoral, sino que la propia convocatoria de Morena preveía un escenario por acción afirmativa.
Es decir, si el resultado de los procesos arrojaba más hombres que mujeres que pusieran en riesgo el equilibrio paritario, habría los ajustes necesarios para designar a las mujeres que no habiendo obtenido el primer lugar fueran las mejor posicionadas en su encuesta.
¿Cómo harían los ajustes necesarios?
Ya en la conferencia Mario Delgado explicó que la Comisión de Elecciones de Morena, junto el PT y el PVEM, aplicarían una regla para premiar el esfuerzo de las aspirantes mujeres que lograron un porcentaje mayor de preferencia en la pregunta de a quién prefiere como candidato o candidata.
Así, vino el anuncio de parte del presidente nacional de Morena:
“Entonces las mujeres que hayan obtenido un mayor porcentaje, en ese orden sería Clara Brugada en la Ciudad de México, quien encabezará la coordinación de los comités en la Ciudad de México”.
Varios simpatizantes de la ex alcaldesa que se colaron a la sala de prensa estallaron en algarabía y porras.
Cuando Mario Delgado terminó de dar sus mensajes, los nueve virtuales candidatos a gobiernos estatales se tomaron la foto de la victoria.
Todos, menos Clara, extendieron hacia las cámaras los cuatro dedos de la palma izquierda, como señal de la cuarta transformación.
Brugada levantó ambas manos a la altura del pecho para formar un corazón, aunque la ex alcaldesa quiere convertirlo en un icono de su campaña, como símbolo de unión de dos letras C, la de Claudia y la de Clara.
No todo fue cordialidad, porque mientras el presidente de Morena y los nueve virtuales candidatos posaban para las cámaras, seguidores de Harfuch gritaban desde la puerta de entrada hacía el salón: “¡Mario Delgado al pueblo le has fallado!”.
Seguidores de Brugada, quienes para ese momento ya eran mayoría en el lugar, acallaron la protesta con la arenga de “¡Unidad, unidad!”.
EL FUTURO
Al terminar la conferencia todo fueron tumultos. Simpatizantes y reporteros trataban de acercarse a Clara y a Omar, los primeros en busca de la foto, los segundos en busca de una declaración.
La pregunta obligada era qué sigue.
A regañadientes, García Harfuch se negó a responder si se apuntará para un escaño en el Senado como premio de consolación.
También rechazó sentirse defraudado por haber perdido la candidatura a pesar de haber ganado las encuestas.
Calificó como normal las expresiones de rechazo que lanzaron seguidores suyos e insistió en la unidad.
Entre empujones trató de evadir más preguntas, hasta que una reportera le cuestionó si se iría con Claudia Sheinbaum a su campaña.
Se le iluminó la mirada, se le dibujó una sonrisa y respondió: “Por supuesto, somos equipo desde hace mucho tiempo”.
Como la ganadora que ya es, Clara Brugada tiene que pensar en la operación cicatriz, para allanar eventuales divisiones y rupturas.
Reveló en breve entrevista que lo más pronto posible buscará sentarse a platicar con Harfuch, Gatell, Torruco y Boy.
La intención, dijo, es conformar un plan de inclusión con todos, porque nadie se quedará fuera.
Habló de que hará una precampaña de mucha cercanía con la gente, en territorio y por ello recorrerá toda la Ciudad de aquí a enero.
Cuestionada sobre los señalamientos de fraude en las designaciones y particularmente el de ella, la ex alcaldesa respondió:
“Aquí no se engañó a nadie. Todos cuando nos registramos firmamos las condiciones de cómo iba a ser la elección”.
Insistió en recordar los criterios de género y presumió que de entre todas quienes contendieron en las nueve entidades, la más competitiva fue ella, con más de 26 por ciento de respaldo.
Habló de nuevo de unidad y dijo que ahí nadie sobra.
Así terminó una larga jornada cargada de expectativas que inició 20 horas antes, a las 8 de la mañana del viernes, en ese hotel de la colonia Anzures donde se delineó parte del futuro de esta Ciudad.
Imprimir artículo