Durante la pandemia del 2020, usuarios del metro compartieron anécdotas inusuales, pero fue en el 2022 cuando el misterio alcanzó su punto álgido.
Entre las leyendas posmodernas que emergieron, destacan relatos de una misteriosa «Mujer Sonriente» en la Línea 1, brujas en la estación Apatlaco, y un vampiro en Barranca del Muerto.
Incluso se habló de errores espacio temporales al transbordar, desafiando la percepción de la realidad.
Desde un «Gato con Sombrero» en Chabacano hasta un «Niño de Short Rojo» en Camarones, las historias cobraron vida en las redes sociales.
Entre las leyendas que han generado mayor intriga, destaca la historia de la «Mujer Sonriente» en la Línea 1.
Según relatos, esta figura vestida con una falda larga, oculta sus pies y posee ojos desorbitados, desconcertando a los pasajeros y sembrando el miedo en la línea rosa del metro.
Aunque científicamente no se puede comprobar su existencia, la narrativa se ha vuelto parte del folclore citadino.
Otras leyendas incluyen las «Brujas de Apatlaco», el «Vampiro de Barranca del Muerto», y el enigmático «Perro del Diablo» en Zapata.
Cada una de estas historias, transmitidas de boca en boca, se ha convertido en parte del misterioso paisaje subterráneo de la Ciudad de México.
Más allá de las figuras misteriosas, algunos pasajeros han reportado experiencias de distorsiones en el espacio tiempo.
Aseguran haber experimentado cambios de dirección inesperados, desafiando la lógica y la razón.
Quienes conocen los «Backrooms» relatan que el orden de las estaciones cambia, sumergiendo a los viajeros en un desconcertante laberinto.
A pesar de la falta de evidencia científica, estas leyendas persisten y se expanden, alimentando el asombro y la inquietud entre los usuarios del metro de la Ciudad de México.
En un sistema de transporte que une a millones de personas, las historias de terror han encontrado su propio andén, desafiando la realidad y sumergiendo a los pasajeros en un viaje más allá de lo convencional.
Imprimir artículo