Ciudad de México.- Con un último recorrido por las calles de la Ciudad de México, el papa Francisco se despidió de la capital del país que lo recibió durante seis días.
Desde temprana hora, salió de la Nunciatura Apostólica, ubicada en la colonia Guadalupe Inn, donde cada día, decenas de personas lo esperaban y él oraba por las noches.
Esta vez fueron los mariachis quienes lo despidieron y de ahí, abordo, primero del Papamóvil, y luego en un vehículo, Francisco se enfiló al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Ahí lo esperaba el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa, junto con la secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu, para que subiera al avión que lo llevaría a Ciudad Juárez, Chihuahua, donde concluyó su visita a México.
El Jefe de Gobierno obsequió al Papa Francisco un iPod con una canción que le compusieron internos del Reclusorio Oriente y que fue grabada con sus propios recursos. También dos canciones del grupo popular «Angeles Azules».
El Jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano llegó a la Ciudad de México el 12 de febrero, entidad que lo hospedó durante los días que permaneció en el país.
Su recorrido por la República Mexicana inició el sábado 13 de febrero, en la CDMX, donde el Jefe de Gobierno le entregó la Llave de la Ciudad, así como el Pergamino y Medalla que lo reconocen como Huésped Distinguido.
Desde la capital del país el Papa Francisco se trasladó al Estado de México, Chiapas, Michoacán y Chihuahua.
Durante su estancia en la Ciudad de México participó en diversas actividades y realizó traslados entre la Nunciatura, el Centro Histórico, Campo Marte, la Basílica de Guadalupe, el Hospital Infantil de México “Federico Gómez” y el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Imprimir artículo
