Gobernar desde el Congreso

Ciudad de México.- Con 22 legisladores en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), Morena puede imponer un nuevo estilo de gobierno en una ciudad que desde que elige a sus autoridades sigue la cultura priista de que los diputados locales se dedican a defender al gobernante y su partido.

Desde 1997, la mayoría del PRD, de la que formaron buena parte de quienes representarán a Morena en el congreso del DF, ha evitado que se procesen denuncias por corrupción contra funcionarios como Mauricio Toledo (hoy asambleísta electo) o por acoso sexual contra Rubén Escamilla (legislador saliente).

Pero también renunció a una de las facultades principales de un congreso, la de ser un contrapeso al gobernante mediante la auditoría de su gestión. Uno de los ritos del periodismo y la clase política es que anualmente la Auditoría Superior de la Federación enumera los abusos de las administraciones federal y estatales y se lamentan los excesos, pero poco se hace para que no se repitan.

Morena tiene la oportunidad de marcar un nuevo rumbo en la forma en que se gastan los recursos de los ciudadanos. Como ejemplo, el año pasado los diputados locales repitieron el esquema del congreso federal: se reservaron una jugosa partida presupuestal, 25 millones de pesos cada uno, mil 170 millones en total, para asignarlo a becas a estudiantes, compra de bicicletas, pero no crearon un solo mecanismo para fiscalizar que los contratos no se entregaran a proveedores elegidos, mucho menos calendarios que demuestren si los proyectos se llevaron a cabo.

Los opositores presionan al gobierno para que aplique las políticas que ellos defienden, ¿elegirá Morena ese camino o buscará sólo medidas cosméticas como reducir gasto en celulares y salarios?

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