Ciudad de México.- La muerte de Abel Murrieta cambió todo el panorama en Sonora. Por lo pronto, y a 21 días de la elección, Ricardo Bours, el abanderado de Movimiento Ciudadano, tomó la decisión de sumarse a la campaña de Ernesto Gándara, el candidato de la alianza del PRI, PAN y PRD.
La lectura que hizo Bours, de lo que está ocurriendo en su estado, lo llevó a tomar decisiones radicales, tanto así que comprometió la narrativa del partido que lo apoyó y que tiene como uno de sus ejes el no aceptar la polarización y presentarse como una alternativa a Morena y a la alianza opositora.
Por eso en Movimiento Ciudadano están enojados con él y no piensan respaldarlo. Nadie puede culparlos, porque los metió en un verdadero barranco del que no saldrán ilesos.
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Para Bours lo que urge en este momento es unidad que permita enfrentar a la delincuencia. Le asiste la razón. El hasta ayer candidato, ponderó entre escenarios y le espantó el que implica el triunfo de Alfonso Durazo, quien encabeza la campaña de Morena.
Ese es el tema de fondo. ¿Quién puede en realidad enfrentar a los criminales? ¿Una convergencia de políticos ligados a los viejos partidos? ¿Quién fungió como secretario de Seguridad en uno de los momento de mayor violencia? Esas son las preguntas que ahora mismo se deben estar haciendo muchos sonorenses.
Veremos, ya en unas semanas, que tanto aporta este cambio en el tablero en la decisión final de los ciudadanos al momento de votar, pero sin duda influirá.
Las mediciones más recientes señalan que hay una intención del voto de 46 % para Durazo, 37 % para Gándara y 11 para Bours (El Financiero, 5 de mayo).
No podemos saber cómo se comportará el porcentaje de votantes que respaldaban a Bours, pero se moverá la aguja. La clave será cómo los partidos replanteen sus campañas a la luz de un escenario ahora distinto.
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