Detrás del CETRAM Periferico Oriente, se encuentra el puesto de tortas de Adrián Rosas, desde hace meses el ruido de las obras de rehabilitación de la línea 12, no solo lo ha afectado a él, también al resto de comerciantes de la zona.
Mientras corta la lechuga para sus tortas, espera que empiece a venir de nuevo la gente, después de haberse abierto el tramo de Culhuacán a Periférico.
“Las reparaciones nos afectaron mucho porque si hubo muy poca gente (…) no es lo mismo que antes”, comenta Adrián sobre cómo fue perjudicado por las reparaciones de la línea 12, que colapsó el 3 de mayo de 2021, bajo la administración de Claudia Sheinbaum y dejó 26 muertos.
La línea 12, una molesta y lenta espera
Los comerciantes de Av. Tláhuac, necesitan de la afluencia de la gente para hacer crecer sus negocios, pero como lo demostró la protesta del domingo, frente al jefe de Gobierno de la CDMX, Martí Batres, varios de ellos fueron afectados por las obras en la avenida.
Un sinnúmero de puestos rodean la valla perimetral del centro comercial Tulyehualco, a un lado de la estación Periférico Oriente.
Ahí se encuentra el puesto de cubrebocas de Ricardo, quien explica a Capital CDMX cómo fueron estos meses, bajo el ruido de las máquinas y herramientas.
Como Adrián, considera que la llegada de la gente, servirá de mucho para poder reactivar la economía de la zona, ya que el cruce de Av. Tláhuac y el Periférico, lo vuelven en un punto de alto tránsito de la ciudad.
A unos cuantos metros del puesto de Ricardo se encuentra el de Maria Inés, quien tiene que viajar desde Milpa Alta, para poder llegar hasta aquí y gasta en transporte más de 60 pesos al día.
“Mucho tráfico y no hay clientes”, añade Maria mientras acomoda su mercancía en su puesto de dulces y cigarros.
Los comerciantes lidian con el ruido, el tráfico y los pocos clientes desde hace más de dos años.
Al igual que los usuarios en ellos hay una sensación de incertidumbre.
El Metro era un transporte seguro
Diana se baja en la estación Lomas Estrella, revisa su celular, se quedó de ver con un cliente para hacerle una entrega, después de terminar su venta, narra cómo es volver a tomar la línea 12 del Metro.
“Pues aparentemente no, antes hacía mucho ruido, por lo que me he dado cuenta que no hace tanto ruido ahora”, comenta Diana, sobre si hay algún riesgo en usar este tramo.
Añade que antes tenía que utilizar un transporte directo para poder llegar hasta Av. Tláhuac.
Asegura que sí le beneficia la reapertura porque previamente tenía que esperar media hora para que llegara una combi.
Además, se gastaba unos 20 pesos en combis más 25 pesos en boletos del Metro, lo que representa el 40 por ciento del salario mínimo al día.
La usuaria de la línea 12 reconoce que todavía hay desconfianza en los pasajeros al venir por aquí, ya que no tienen certeza de que es lo que vaya a pasar con el Metro.
“Era un transporte por así decirlo seguro (…) pero ya no sabemos qué esperar”, dice con resignación la pasajera al subir al tren rumbo a Mixcoac. La estación sigue vacía y los usuarios a la espera de que regrese la seguridad al viajar en la línea dorada.
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