Con más de 40 años frecuentada por los capitalinos, la estación de la línea 3 del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro tiene muchas historias por contar.
Son las cinco de la tarde. Te subiste al vagón en la estación Copilco de la línea verde, como algunos le dicen, dirección Indios Verdes.
Pasaron las estaciones y el metro te acercó a casa de tu amigo cuando te bajaste en División del Norte.
Las puertas se abren y ves hacia abajo por la rejilla que queda entre el vagón y las vías y te preguntas qué pasaría si se cae tu celular, el cual llevas en la mano.
También piensas que qué pasaría si tú caes ahí, en el mismo metro en donde Judith Velazco se quitó la vida.
-
La muerte de Judith Velazco
La historia que te contó tu abuelo sobre aquella vedette cubana que se quitó la vida luego de que los productores de cine dejaron de considerarla se ha quedado en tu cabeza como esas manchas de óxido que la fricción crea en las vías.
Judith había sido reemplazada en su papel más importante por Lucila Mariscal en La Carabina de Ambrosio, menguando su estabilidad mental.
A partir de ese momento, quienes tanto anhelaban su participación en la televisión le dieron la espalda injuriando sobre su pérdida de belleza.
Y fue ahí que Xavier López “Chabelo”, el hombre de la edad desconocida según cualquier mexicano, la contrató para su nuevo proyecto.
Pero a Judith ya la había empapado la depresión y por eso se levantó una mañana del 16 de febrero de 1994 con una única diligencia para el día:
Ser embestida por el tren cuando pase por División del Norte.
2. El Karaoke de División
Con un pie fuera de la estructura de fierro, caminas hacia la salida cuando ves a un grupo de personas reunidas cantando en el karaoke de la estación.
Y te das cuenta de que estás presenciando algo que nunca pensaste que pasaría:
La reunión de un grupo de desconocidos con el único fin de disfrutar el desahogo mediante el canto en pleno atardecer de un martes y sin una gota de alcohol.
Hace cinco años te bajaste en esa misma estación para darte cuenta de los miles de ornatos colocados por el Gobierno de la ciudad por aquel entonces.
Todo empezó en 2017, cuando Miguel Ángel Mancera inauguró la exposición de compositores y cantautores en compañía de Armando Manzanero.
Mientras cortaban el listón inaugural, te dabas cuenta de que la estación de la línea verde seguía siendo la misma.
Ahora con un papel tapiz de notas doradas en un fondo de grises y negros, un karaoke y un piano comunitario y la cara de algunas personas que reconocías.
Pero seguía siendo un poco solitario, con un aura un tanto extraña por el alumbrado de un amarillo tan débil que aletarga a cualquiera que pasa por ahí.
La comunidad que canta mientras caminas no se conoce, pero se ven cómodos desentonando juntos.
Sigues caminando cuando por fin cruzas los torniquetes; del otro lado sigue siendo metro División.
3. El pasillo de los cantautores
Por el pasillo que te llevará a la salida, te fijas en los rostros de cantautores que escuchaba tu abuela y que hace no tanto comenzaste a escuchar en tu cuarto.
Juan Gabriel, Armando Manzanero, Agustín Lara, Roberto Cantoral, María Joaquina de la Portilla Flores, Consuelo Velásquez y otros más te observan caminar hacia la salida del subterráneo.
Tu mano vibra. Es tu amigo preguntándote dónde estás, a lo que tú le respondes que saliendo de metro División.
Y te da curiosidad su nombre, por lo que buscas la historia de la estación denominada como el ejército dirigido por Francisco Villa en la época de la Revolución Mexicana.
4. Historia de la estación División
Mientras subes las escaleras, encuentras en tu celular una nota de El Heraldo que te explica lo que querías saber:
“Su inauguración data del año 1980, el 25 de agosto, cuando México se encontraba en su formación como megaurbe.
“Mientras experimentaba profundos cambios en su anatomía civil. Esta década estuvo representada por crisis económicas gracias a las devaluaciones de la moneda.
“Así como un crecimiento exponencial de la población, donde paulatinamente se iban definiendo las delegaciones y avenidas.
“En dicho año, José López Portillo se encontraba a la cabeza del Gobierno Federal, aquel priista…”
Te detienes porque ya estás afuera. La luz te lo advierte.
Entonces bloqueas tu teléfono y lo guardas porque tienes que caminar por lo menos dos cuadras hacia tu destino.
Y no sabes qué iba a decir el redactor sobre aquel priista, pero sabes que de regreso volverás a abordar esa misma estación.
A esa hora probablemente ya no habrá gente cantando, la estación estará más solitaria que de costumbre.
Por eso esperas a leerlo en un rato, cuando tengas que volver a subirte a metro División.
Imprimir artículo