Parres: entre el agua y el olvido gubernamental

Cada que comienza a caer la lluvia, en la casa de José Galindo lo invade la zozobra.

Hoy es una de esas tardes frías y lluviosas en el pueblo de Parres, en Tlalpan.

Sus habitantes viven con miedo al agua que antes reverdecía su tierra y la hacía fértil.

La lluvia ahora es un mal que aqueja a los pobladores. “Se me ha mojado mi sala, mis bocinas, los muebles de allá, de mi suegra”, dice José con sentimientos encontrados.

Tiene una tienda, que mira enfrente de la calle Laureles, dice que han sido cuatro años de sufrimiento.

Cada vez que llueve en el cerro, empiezan las inundaciones, el agua baja hacia la carretera y de ahí al resto de las casas.

Todos se preguntan qué ha pasado. ¿Por qué ahora la lluvia es su enemiga?

Don José cree tener una respuesta. Señala las inundaciones se volvieron un problema desde que la dueña de una milpa aledaña a la calle, empezó a sembrar papa y obstruyó el curso del agua para evitar daños en su cosecha.

Al no permitir que el agua siga su curso, dice, esta se acumula e inunda Parres.

Se queja de la impunidad e indolencia de su vecina. “No ha permitido que se abra la canaleta para que vaya el agua, ha habido desagües hacia la canaleta, ella llegó y los tapo”, reprocha.

Mientras atiende su tienda donde las ganancias de un salario mínimo le permiten ir al día, comenta que hace tres meses bloquearon la carretera que cruza al pueblo para exigir all gobierno de la Ciudad de México, que dirige Martí Batres, los apoye y haga obras de mitigación.

El pueblo de Parres se encuentra en los límites de la Ciudad de México y el estado de Morelos. La carretera Federal a Cuernavaca atraviesa el lugar que es rodeado por el parque nacional, el Ajusco y el Tepozteco.

Para llegar aquí en transporte público sólo se puede acceder por la ruta 134-A del RTP, que sale del CETRAM Huipulco. La gente que espera el camión se abriga porque en Parres además de la lluvia, el frío cala en los huesos.

Los RTP terminan su ruta enfrente de la tienda de Lucila Garcia, a un costado de la carretera.

A unas 50 metros de la calle Laureles.

La señora García, de unos 50 años, se queja del mal estado del drenaje del pueblo: “El drenaje que desde que lo pusieron, como unos 18 años, quedó mal, siempre se sale el agua”.

Agrega que las aguas negras habitualmente desbordan a la mitad de la calle y constantemente tiene que venir la autoridad a desazolvar.

Considera que los funcionarios no los han ayudado en nada para resolver esta situación.
“Se comprometen los de Sacmex a dar solución y no hacen nada (…) nada más vienen como políticos, prometen y no cumplen”, dice Lucila enfadada.

Lucila también ve cómo responsable de las anegaciones a la dueña de la parcela donde se cosecha papa.

Benjamín Sánchez vive en la calle Margaritas, esquina con Laureles, y es otro de los vecinos afectados por las constantes inundaciones.

Denuncia que no han recibido ningún apoyo económico por parte de la alcaldesa Alfa González, quien presume que ya entregó cantidades de 10 a 30 mil pesos a los pobladores afectados.

“Nos dieron la otra vez un microondas, sábanas, cobijas, una vasija y nada más”, dice Benjamín.

Frente a su casa, de fachada gris, el oriundo de Parres explica que hasta la fecha las autoridades no han resuelto el tema de las inundaciones con la propietaria de la parcela.

Para saber qué sucede con esa parcela y la falta de obras de drenaje, Capital CDMX consultó a Rafael Castillo, comisario Ejidal de Parres.

“Básicamente, es el diálogo y la concertación (…) con la dueña de esa parcela, (…) se han tomado los acuerdos, para permitir hacer obras y quienes están participando directamente es Sacmex”, comenta el comisario.

Explica que el problema con la propietaria surgió debido al mal estado del drenaje.

Al desbordarse las aguas negras, estas llegaban a sus cultivos, junto con el agua que bajaba de los cerros.

La propietaria, según Castillo, considera que se deben hacer obras para evitar las aguas negras y dejar que el agua de lluvia siga su curso.


Comenta que el gobierno de Batres ya trabaja en la zona con camiones vactor para el desazolve del drenaje y así evitar inundaciones en la localidad.

Señala la disposición del gobierno de la ciudad para resolver este asunto. “Estamos pidiendo a través del Sacmex, porque ellos cuentan con los recursos humanos, técnicos y económicos, para poder hacer las obras”.

El comisario agrega que a mediano plazo hay planes de cambiar el drenaje, lo cual beneficiaría al pueblo.

Son los planes del comisario mientras la lluvia no amaina ni el coraje de los pobladores de Parres.

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