Trump y las sombras de Bannon

Ciudad de México.- Vienen días difíciles para Donald Trump y para los suyos.

El expresidente tendrá que enfrentar múltiples acusaciones y las deudas los persiguen, vamos, ni sus vecinos lo quieren en Florida.

Es el saldo de cuatro años en los que hizo de la división y la polarización su estrategia.

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Probablemente los sucesos del Capitolio le signifiquen una inhabilitación para postularse a un cargo en el futuro, lo que seguro respaldarán, inclusive, amplias franjas de Republicanos, quienes tienen la oportunidad de recuperar a su partido y, algo más valioso: el decoro.

Trump ahora sabe que hay frecuencias del poder que no se pueden conocer impunemente y que el ejercicio de los cargos tiene un costo, tan alto o soportable como haya sido el comportamiento en los años de las burbujas y el champagne.

Uno de los errores más graves de Trump, fue el de creer que el poder e inmunidad serían permanentes o que se prolongarían a lo largo del tiempo.

Evaluó mal y pagará las consecuencias de su arrogancia, de sentirse a prueba de escándalos y, más delicado aún, por sobre las leyes.

Desde que Joe Biden rindió protesta, eso se acabó y ahora tendrá que enfrentar a la justicia, sin los privilegios y las herramientas que se desprendían de su cargo.

Además, Trump está bastante solo, porque muchos de sus socios se alejaron por una mezcla de desencanto y de miedo.

Los integrantes de la nueva derecha, y en particular personajes como Steve Bannon –indultado por el propio Trump, junto con otras 70 personas,  a una horas de dejar la Casa Blanca–, buscarán otro tonto útil para su causa, para seguir profundizando en una idea de los Estados Unidos que es totalmente ajena a la democracia liberal.

Veremos qué capacidad tienen para articularse de nueva cuenta, pero seguro lo harán desde las diversas posiciones de poder con las que cuentan.

Pronto sabremos si Bannon, acusado de fraude en la recaudación de recursos para el muro en la frontera que intentó construir Trump, tiene aire y fuerza para continuar en las andadas.

Mientras esto ocurre, Biden ya empezó a desmontar la herencia de su antecesor y por lo pronto canceló la construcción del muro fronterizo con México, suspendió los trámites de abandono de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se reintegró al Acuerdo de París, el instrumento más ambicioso para combatir el cambio climático a nivel global.

Como un castillo de naipes se derrumba ese reinado oscuro. Así sea.

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