Morena partido en 2021 en la CDMX

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Luis Eduardo Velázquez Director del diario y semanario digital Capital CDMX

Ciudad de México.- Desde que Morena llegó al poder en México y la Ciudad de México (CDMX) se consolidaron liderazgos que han trascendido como dirigentes nacionales y están en piezas clave de la política mexicana.

En torno a ellos se han agrupado los militantes históricos y los nuevos militantes en los primeros tres años porque se convierten en el preludio de la elección presidencial de 2024 y tejer alianzas desde ahora les permitirá retener lo poco o mucho que posean políticamente hablando. 

Son corrientes que se unen a intereses, ya no son expresiones como sucedió en el PRD donde los unificaba la ideología. 

El principal liderazgo es el de Claudia Sheinbaum por ser hija política del presidente de México y creador de Morena, Andrés Manuel López Obrador, lo que le permitió ser jefa de Gobierno de la CDMX.

Luego viene Marcelo Ebrard, un político progresista que ya gobernó la CDMX de tiempo completo porque declinó su aspiración presidencial a López Obrador en 2012. En 2018 fue tan eficiente su labor que hizo a Morena ganar en el norte del país los votos inesperados para que llegaran a la Presidencia. Ya ahora apostado en el gabinete presidencial es un factor de poder que tiene la dirigencia nacional de Morena con Mario Delgado. También ha sido coautor de la creación de Redes Sociales Progresistas. 

El otro dirigente nacional es Ricardo Monreal, quien al perder la CDMX ante Sheinbaum fue compensado con la coordinación del Senado, desde donde se ha convertido en un contrapeso a López Obrador por hacer política con la oposición. Su capacidad política le ha permitido incidir en fuerzas como el PVEM y la creación de Fuerza por México.

Fuera de Morena, pero como el único satélite funcional está René Bejarano, quien desde su Movimiento Nacional por la Esperanza aglutina a la expresión más radical de Morena y diversos funcionarios desde el gabinete presidencial hasta el gabinete de Sheinbaum y espacios en Congreso federal y local, además de alcaldes.

El común denominador de Sheinbaum, Ebrard, Bejarano y Monreal es que tienen su centro de operación en la capital del país y desde ahí darán la batalla al 2024 porque todos aspiran a suceder a López Obrador y seguir el legado de la cuarta transformación.

Pero como 2021 es un asunto coyuntural se acomodaron en bandos y eso ha hecho que Morena en la CDMX juegue una elección interna y por lo tanto divididos. 

Sheinbaum, que es el eje rector en la CDMX, decidió ser alumna de Bejarano y el “profe”, como se le conoce en la política, le está guiando en como avanzar para ganar el mayor número de espacios en la ciudad. 

De manera natural en el bloque antagónico está Monreal que hace su juego, sin embargo, le da réditos a Ebrard porque ellos dos tienen el control del Congreso de la Unión y del partido, por eso se llevaron la mayoría de candidaturas a gobernadores en esta elección. La mayoría de sus candidatos ganarán y no todos están en Morena.

Ebrard ha sido institucional y sólo cuidó sus piezas, empero ha dejado a Monreal correr con fuerza para ir la contienda contra la pareja Bejarano-Sheinbaum.

Para confirmar este pleito solo hay que observar la elección de Cuauhtémoc donde la esposa de Bejarano, Dolores Padierna, está haciendo campaña sola para alcaldesa. Los diputados de Morena en la demarcación a los distritos locales 9, Temistocles Villanueva; 12, José Luis Rodríguez; y 12 federal, Sandra Gil, no arrancaron campaña con ella y convocan por su cuenta a sus eventos como “candidatos legislativos” (Sabrá el universo qué signifique eso). 

La división de Cuauhtémoc es la punta del iceberg que retrata la división interna y ello hace de pronóstico reservado el resultado del 6 de junio. 

Otro punto a observar es el desorden con el que arrancaron los candidatos de Morena a las alcaldías y el Congreso capitalino. Cada quien por su lado, sin estrategia y sin proyecto porque muchos aún pueden caer en tribunales y otros apenas se enteran de que fueron electos al venir de un proceso interno, sucio y viciado por las prácticas del pasado perredista.

Las bases de Morena están inconformes y han hecho duros señalamientos que hacen que prevalezca la división. Otro dato a resaltar es lo qué pasa en Coyoacán donde Carlos Castillo ha agrupado a los candidatos de Morena a diputados a excepción de Pablo Gómez, candidato al distrito 23 federal por la demarcación. Gómez tenía en sus manos el tema de desafuero de Mauricio Toledo y lo soltó y ahora camina por cuerda separada del morenisno en la demarcación. 

Morena en la CDMX va a una contienda dura, no por una oposición consolidada sino por una fractura interna donde lo que les preocupa es su futuro político en 2024 y no el bien de la capital del país.

¿Quién ganará? Sabremos el 6 de junio. Eso sí, los que ya perdieron son los ciudadanos con los perfiles tan bajos que gobernarán el próximo trienio sean del partido que sean.

NOCAUT. Claudia Sheinbaum ha tenido un exitoso proceso de vacunación en la CDMX, aunque se ha venido abajo por comprobarse la laxitud que hay en la vigilancia del proceso. Hasta funcionarios de su gobierno han hecho de las suyas con las vacunas y en lugar de pensar en montajes debería revisar que no se trate de un tráfico de vacunas y se esté generando un mercado negro. ¡Abrazos, no periodicazos!

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