Los niños en Iztapalapa mantenemos la tradición: nazareno

Ciudad de México.- Con el rostro sudoroso, reposando en una banqueta luego de recorrer los ocho barrios de Iztapalapa, Agustín de Jésus Alba Rangel de 10 años de edad cumple una manda para pedir en Semana Santa por la salud de su familia.

El pequeño, originario de una familia devota del barrio de San José Aculco, continúa con la tradición cristiana más arraigada en el catolicismo: “La Pasión de Cristo”.

Desde el domingo pasado, Jesús Alba participó en el primer pasaje bíblico que da inicio a la 176 representación de la pasión y muerte de Jesucristo en Iztapalapa, el “Domingo de Ramos”.

Los abuelos, padres y primos del infante participaron en años pasados como nazarenos, y algunos han representado papeles en la escenificación evangélica.

Aunque sin un papel principal, vestido como nazareno, el pequeño volvió por cuarta ocasión a caminar más de dos horas este Jueves Santo hacia el templo del Señor de la Cuevita.

“Sí me gustaría representar el papel de Jesús como mi nombre, por eso vengo cada año”, expresó.

Aseguró que este año pide especialmente por su hermana, quien se encuentra en una situación difícil y por su hermano de dos años de edad, quien tiene un problema psicomotor que le impide hablar.

“Tiene algo en la cabeza que no lo deja hablar, y yo quiero que salga de eso, por eso pido”, explicó el pequeño acompañado de su abuelo.

Sin embargo, reconoció que la caminata es difícil, y más para alguien de su edad, pues dijo, ha visto heridas en muchos de sus compañeros de peregrinación.

“A mí, ahorita cuando caminé me dio un calambre, a algunos se les entierran hasta clavos, pero los paramédicos les ayudan”.

-¿No te cansa?

“Caminé mucho hoy y mis pies me empezaron a doler mucho, pero es una tradición que me gusta hacer, mi papá antes lo hacía y ahora me toca a mí hacer”.

El día de mañana, preparándose desde las 8.00 como los personajes de la representación, Jésus de Alba partirá de la explanada de la alcaldía rumbo al Cerro de la Estrella para cargar una cruz de más de 20 kilos y cumplir así su manda.

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