El Senado y el reinado de las fake news

Ciudad de México.- La idea de regular lo que ocurre en las redes es tentadora para cualquier gobierno. En China, por ejemplo, las restricciones son notables y existen inclusive búsquedas de palabras que son imposibles.

En el Senado mexicano, con el pretexto de la libertad de expresión, hay una iniciativa que de ser aprobada terminará, justamente, con la libertad de expresión porque instaurará todo un sistema de control.

En teoría lo que se pretende es garantizar que la suspensión de cuentas se dé de acuerdo a una normatividad y arbitrada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones.

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El texto de la iniciativa, presentada por el senador Ricardo Monreal, es bastante farragoso y cargado de citas y ejemplos sobre el derecho, el acceso a la información y la libertad de expresión.

La sustancia, sin embargo, es la que preocupa, porque sujetaría a las grandes plataformas a restricciones que ahora no existen y que ni siquiera sabemos si son posibles desde la óptica del derecho y la democracia.

Al senador Monreal le preocupa, y es legítimo, que los usuarios de las redes estén a merced de Twitter o de Facebook cuando son acusados de violar normas impuestas por las propias empresas.

No le gusta, como no le gustó al presidente Andrés Manuel López Obrador, que se hayan cancelado las cuentas de Donald Trump a unas semanas de abandonar la Casa Blanca y se ve que quiere evitar que algo así pueda ocurrir en nuestro país.

Aquello, hay que recordarlo, ocurrió porque Trump propició la toma del Capitolio y atentó contra un gobierno electo democráticamente. Las empresas tomaron una buena decisión que evitó mayor violencia en Estados Unidos.

Hay que tener presente que lo que ocurre en Internet no es similar a lo que sucede con la infraestructura que permite las transmisiones de televisión, abierta y restringida o de radio, donde se utiliza una infraestructura que está colocada en el espacio público o que inclusive lo utiliza. Internet por ello es neutral y justamente para evitar intromisiones que vulnerarían su razón de ser.

Con la ley de Monreal sería difícil suspender a quienes hacen un uso ilegitimo de las redes, mintiendo en sus perfiles y esparciendo toda clase de barbaridades y falsedades.

A estas alturas todos sabemos de dónde proviene la mayor cantidad de veneno y para ellos quedarán blindados ante cualquier sanción.   

Sí, de aprobarse la ley, no se podrían cancelar las cuentas que alientan campañas negras y que propician la descalificación cotidiana de los adversarios, pero ahí es el reino de las noticias falsas, no de la discusión y la libertad ciudadana.

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