Educación de calidad, equitativa e inclusiva sigue pendiente: Aldeas Infantiles SOS

Ciudad de México.- A un año de cumplir con las medidas de confinamiento por la pandemia COVID-19, hoy más que nunca, el rezago educativo en México es evidente y lo podemos corroborar con los  resultados presentados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Como se había previsto desde el año pasado, la niñez y la adolescencia es afectada de forma importante en su desarrollo educativo a consecuencia de las desigualdades en los hogares. 

Uno de los principales efectos ha sido el incremento de la deserción escolar, ya que además de los 4.8 millones de niñas, niños y adolescentes  que no asistían a la escuela antes de la crisis sanitaria, los resultados de la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED) 2020, señalan que 1.8 millones de personas, entre los 3 a 29 años de edad, ha abandonado sus estudios debido a  la pandemia, o a falta de recursos económicos. Es importante mencionar que la mayoría fue de escuelas públicas con 1.5 millones en comparación con 243 mil de escuelas privadas. 

De acuerdo a los resultados de la encuesta para la medición del impacto del COVID-19 en la educación, 33.6 millones de personas entre los 3 y 29 años estuvieron inscritas en el ciclo escolar 2019-2020 (62.0% del total). De ellas, 740 mil (2.2%) no concluyeron el ciclo escolar, 58.9% por alguna razón asociada a la pandemia y 8.9% por falta de dinero o recursos. 

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El 26% de los encuestados consideró que las clases a distancia son poco funcionales para el aprendizaje; 25.3% señala que alguno de sus padres o tutores se quedaron sin trabajo, y el 21.9% no tiene una computadora, ni conexión a internet.  

El panorama tampoco es alentador para los que continuaron estudiando, ya que el 58% opinan que no se aprende o se aprende menos, que de manera presencial, el 27% cree que hay una falta de seguimiento al aprendizaje de los alumnos y el 23% opina que existe una falta de capacidad técnica o habilidad pedagógica de padres o tutores para transmitir los conocimientos. 

Por todo lo anterior, la mitad de la población de 3 a 29 años tiene una gran disponibilidad para asistir a clases presenciales cuando el gobierno lo permita; Sin embargo, los datos revelan que en el próximo ciclo escolar los retos para garantizar la protección de los niños, niñas y adolescentes, así como para disminuir el rezago educativo, serán altos.  

Bajo este contexto, el debate respecto al regreso a clases presenciales debe de responder al interés superior del niño, y sobre todo considerando las condiciones y oportunidades con las que cuentan las niñas, los niños, adolescentes y jóvenes.  

Es por eso que, Aldeas Infantiles SOS desde el año pasado ha recopilado firmas con la campaña “Educación al alcance de todos”, para exigir a las autoridades educativas que garanticen:  

  • – Espacios seguros y protectores que cumplan con las medidas sanitarias evitando el contagio y la propagación del virus. Tal como es el uso obligatorio de cubrebocas, sana distancia,  gel antibacterial, termómetro, limpieza y sanitización constante, etc. 
  • – El regreso ordenado, con la definición de objetivos y procedimientos claros, que facilite la coordinación de los trabajadores del sector educativo para llevar a cabo el regreso a las escuelas. 
  • – Un proceso gradual que permita el monitoreo del comportamiento de estas medidas, con el fin de adecuar o mejorar las acciones implementadas.
  • – Un esquema inclusivo y equitativo, considerando: Mecanismos de evaluación y seguimiento del rendimiento escolar; construcción de métodos de regularización y nivelación para niñas, niños y adolescentes que no han podido continuar con sus estudios gracias a la pandemia; creación de apoyos económicos para las familias que se encuentran en condición de pobreza y marginación, así como las que han sido más afectadas por la crisis sanitaria; coordinación de programas sociales que desincentiven la deserción escolar; incremento al presupuesto educativo destinado a brindar apoyos económicos o en especie a NNA que asisten a las escuelas; participación de estudiantes, padres de familia, profesores y personal educativo en todas las estrategias. 

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