Ciudad de México.-La lluvia en este martes de octubre se alejó, y con un cielo nublado la plaza de la Constitución poco a poco fue ocupada por quienes claman aún justicia, por quienes aún recuerdan que “el 2 de octubre no se olvida”.
Alrededor de las 16:50 horas avanzaba un contingente proveniente de la explanada de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, histórica por partida triple, al vivir hechos que marcarían el rumbo del país: la construcción de Tenochtitlán en 1325 a. C.; la caída del imperio en 1521, junto con la Conquista española; y la represión social de la época contemporánea enmarcada en la matanza del 2 de octubre de 1968.
En punto de las seis de la tarde cuatro mil personas arribaron al zócalo capitalino, por la calle 5 de mayo, aquella que recuerda la emblemática batalla de Puebla contra el ejército francés en 1862.
No se abarrotó la explanada de la plancha, pero tampoco hizo falta gente, estaban los que querían o los que podían. Tras los acontecimientos de las últimas semanas, la participación a este movimiento conmemorativo pudo ser mayor, pero no lo fue porque la ciudad aún colapsa por dentro.
Y aunque pequeños los contingentes, no faltó la presencia de alumnos de la UNAM, IPN, UAM, UACM y de escuelas Normales Rurales, tal como la Escuela "Raúl Isidro Burgos", de Ayotzinapa, quien con sus alumnos provocaba eco en la explanada que tiene enfrente al Palacio Nacional, tras pasar lista de los 43 alumnos desaparecidos hace tres años en Guerrero.
“Por qué los asesinan, si son la esperanza de América Latina”, se escuchaban repetidas veces entre los grupos de participantes que llegaban reclamando a un gobierno opaco entre los muros.
No hay clases sociales, no hay edades. En la marcha conmemorativa participan hasta familias, padres que en sus brazos cargan a pequeños que a su vez portan un cartel pidiendo “Justicia”, no olvidar el 68, ni Ayotzinapa, ni a los damnificados del sismo, ni… en fin: no olvidar a México y sus heridas.
Pese a los grupos de choque, encapuchados vestidos de negro que se proclamaban ser “anarcos y no terroristas”, con petardos y vandalismos plasmados en paredes durante su recorrido en la Avenida Lázaro Cárdenas y Paseo de la Reforma, la Secretaría de Seguridad Pública, reportaría por la tarde noche, saldo blanco durante la marcha.
La demanda a los jóvenes
Tomás Cervantes Cabeza de Vaca,Marcelino Perelló, Raúl Álvarez Garín, Eduardo Valle, Martínez della Rocca, Ana Ignacia Rodríguez, Guevara Niebla, Félix Hernández Gamundi, algunos de los líderes que fueron parte del movimiento del 68, algunos apresados, oprimidos, disociados, acallados o convencidos, etc; de ellos queda el recuerdo, fueron personajes que plasmaron la revolucionaria demanda en el Méxicode los años 80’s.
“Ustedes, jóvenes han alzado la bandera, no la suelten” es la petición que Felix Hernández Gamundi, vocero del Comité del Movimiento del 68 realizó ante los microfonos durante el mitin. Este Comité que aún sigue de pie es el mismo que demanda a la Procuraduría General de la República (PGR), reabrir las carpetas de investigación del 68 para encontrar y castigar culpables.
Con voz aún firme y experiencia que se refleja a través de las palabras precisas para dar vida al movimiento, los líderes se turnaron para emitir el mensaje a los participantes; especialmente a quien en ellos enfundan la reconstrucción por el ideal de una nueva ciudad: los jóvenes.
La solidaridad fue la palabra más repetida, sí, una palabra que describió las acciones realizadas por los millennials tras los sismos del 7 y 19 de septiembre.
Un minuto de silencio sería la forma de despedir a quienes partieron antes de tiempo luego de los sismos que azotaron al país, pero también por la corrupción e injusticia tras el caso Ayotzinapa, y el “denominado genocidio de Estado” de 1985 a los estudiantes, trabajadores, médicos, obreros, así como las injusticias que se vayan sumando.
La abanderada se retira
Ella es jovén por dentro y con un espíritu inquebrantable pese a que su rostro y cabellos delaten lo contrario.
Con 72 años, Mirthocleya González, abanderada del 68, y abanderada hoy, 49 años después, sigue orgullosa de portar el emblema que los rige al iniciar una marcha.
“No puedo decir más, estoy cansada“, asegura tras una jornada en la que se despidió del puesto que portó en el movimiento. No obstante, asegura que seguirá asistiendo a las marchas el próximo año para recordar los 50 años de la masacre en Tlatelolco.
A pesar de una mirada triste, por todo lo que ha pasado el país, es David Guillermo Ortega Gasca, su esposo, quien la sigue acompañando en el camino.
Casi 50 años en este recorrido, han valido, asegura David, quien en cada marcha conmemorativa ayuda a Mirthocleya a desmontar y montar la bandera tricolor que porta, una bandera que tiene la misma edad que el movimiento y que las esperanzas del cambio.
Un mensaje para las Escuelas Normales Rurales
“Queremos enviarles por este conducto, además de un caluroso saludo, invitarlos a seguir sus ideales. Invitarlos a seguir tomando conciencia de que nuestro país requiere de la colaboración y participación de todos ustedes”, expone uno de los principales líderes del Comité del 68, David Guillermo.
“Así como nosotros hace 49 años llegamos a participar, consideramos que todo ese movimiento fue un parteaguas; una situación que empezó a generar conciencia en el país. Ahora, ustedes tienen la responsabilidad. Les estamos dejando como herencia todos esos principios y lucha abierta por la justicia.
Consideren estas palabras. Tengo fe en mis ideales, esperanza en realizarlos por amor a la humanidad…”.
Es ahora tarea de las nuevas generaciones el seguir o no un movimiento forjado por años, el reconstruir o no una nueva ciudad, un nuevo país, aseguran quienes sienten la herida de hace 49 años, la herida del 2 de octubre, pero confían en que la organización juvenil ha hecho conciencia de su poder y sólo esperan a la organización, "y no suelten la bandera".
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