¿Jefe de Gobierno de ornato?

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Luis Eduardo Velázquez Director del diario y semanario digital Capital CDMX

Ciudad de México.- José Ramón Amieva es un político que siempre usa en sus discursos la palabra transparencia, pero en su actuar es un personaje tenebroso.   

Por un lado jura lealtad a su antecesor Miguel Ángel Mancera y por el otro está entregado a Alejandro Encinas, hoy promotor del voto de Morena. 

Al frente de la Secretaría de Desarrollo Social de la Capital CDMX, en más de una ocasión no cumplió las indicaciones de Mancera y benefició con recursos a organizaciones afines a Morena.

Al despedirse del gobierno, Mancera dijo a reporteros que dejaría en el cargo a Amieva porque tiene el carácter para asumir la responsabilidad; sin embargo, a una semana de su llegada al puesto queda claro que ha sido relegado a sólo preparar libros blancos y el mando de la CdMx está en el PRD y el equipo cercano a Alejandra Barrales.

Amieva tuvo la oportunidad de distinguirse como Jefe de Gobierno, pero su tenebroso andar lo destina a ser un mandatario de ornato.

Ofensiva en Gobierno 

El principal mensaje que mandó el PRD a Morena con el reajuste del Gobierno de la CdMx es que van a dar la batalla cuerpo a cuerpo para retener su principal bastión.

Para operar la política interna de la CdMx, se designó a Guillermo Orozco, un político cercano al equipo de Barrales, duro en la negociación política y que conoce las entrañas de la capital del país. 

Desde el inicio del gobierno de Mancera, Orozco ha estado como asesor y ha transitado por varias carteras para poner orden. Desde el año pasado arribó a la Secretaría de Gobierno en relevo de Juan José García Ochoa y fue desarticulando los acuerdos que se tejían a favor de Morena.

Pronto tomó los hilos de la CdMx y fue asumiendo el control de los grupos opositores en la capital del país. Queda claro dónde estará el mando en la Ciudad de México ahora que empiece el próximo domingo la madre de todas las batallas.

El antídoto contra Morena

Como balde de agua fría cayó en Morena la designación de Miguel Ángel Vásquez como coordinador de gabinete de la CdMx.

Dice el refrán que para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo y Vásquez es un hombre que conoce a fondo las vulnerabilidades y capacidades de Morena.

Incluso a varios líderes de Morena les ha dicho de frente que el 1 de julio van a ser derrotados y lo dice con el cálculo electoral que tiene desde 2012, tras haber pasado seis años como representante del PRD ante el Instituto Electoral de la CdMx.

Quienes lo conocen, saben que es de los pocos perredistas que se quedaron por convicción y amor al partido a dar la batalla. Hoy está también cerca de Barrales y algunos lo ven como secretario de Finanzas de facto.

Se juega todo en 2018, pero actúa con sigilo, listo para enfrentar la contienda más dura de la izquierda en la capital del país. No hay que perderlo de vista.

NOCAUT. Tras el primer debate chilango quedó claro que la contienda real por la Ciudad de México está entre Claudia Sheinbaum, de Morena, y Alejandra Barrales, del PRD, quienes fueron a fajarse en el primer asalto.

A unos días del encuentro, Barrales asestó también un golpe a Morena al sumar a su equipo al diputado local de Morena, Jesús Briones.

En ese ánimo en el perredismo hay más confianza sobre todo luego de que el candidato del partido Humanista, Marco Rascón, noqueó al joven Mikel Arriola, quien creía venir en ascenso pese a no contar ni con el apoyo del priismo en la ciudad. 

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