Espejismo opositor

Ciudad de México.- La oposición continúa con su narrativa triunfalista. Cero autocrítica por haber perdido, el PRI ocho gubernaturas; el PAN, dos, y el PRD, una. Basan su discurso en la recuperación de espacios en la Cámara de Diputados, lo cual es un espejismo.
 
Todas las gubernaturas que perdieron esos tres partidos fueron ganadas por Morena, salvo San Luis Potosí, que ganó el Verde con Ricardo Gallardo, investigado por la Unidad de Inteligencia Financiera por lavado de dinero.
 
Los dirigentes de los tres partidos opositores dicen, para confundir a la ciudadanía, que le quitaron a Morena la mayoría calificada. No es así, nunca la tuvo, y cuando requirió votos para reformar la Constitución contó con el apoyo de sus aliados y en ocasiones del PRI.
 
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El presidente López Obrador y su partido, Morena, tendrán que hacer la misma operación política para hacer reformas que requieran las dos terceras partes de la votación.

Para lograrlo tienen a la mano a la Unidad de Inteligencia Financiera, siempre dispuesta a obedecer al tabasqueño para apretar y amedrentar opositores.
 
No hay motivo para que la oposición festeje. Salvo en la elección de 1991, donde el presidente Carlos Salinas incrementó la presencia de legisladores de su partido en la Cámara de Diputados, en las elecciones intermedias siempre disminuye el número de diputados del partido en el gobierno. Así sucedió ahora.
 
Presumen haber ganado en la Ciudad de México. Sí, le quitaron bastiones importantes a Morena en la capital del país. Voto de castigo a un Presidente que desprecia a las clases media y alta, quienes le cobraron sus insultos.
 
No fue que PAN, PRI y PRD hayan hecho un trabajo excepcional, el electorado castigó a López Obrador y a la Jefa de Gobierno, quien sigue plegada a los caprichos presidenciales. Claudia Sheinbaum necesita desmarcarse del Presidente si quiere mantener sus aspiraciones presidenciales.
 
La nueva geografía electoral de la CDMX ha sido motivo de memes en donde se divide en dos a la capital del país, lo cual es reprobable.
 
Pero si hay a alguien que se tiene que señalar por dividir a la sociedad mexicana y capitalina, es al inquilino de Palacio Nacional.

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