Sánchez Cordero regresa a presidir Senado. Vilipendiada desde el inicio del sexenio por el presidente Andrés Manuel López Obrador y confrontada con el consejero jurídico, Julio Scherer, Olga Sánchez Cordero renunció a la Secretaría de Gobernación (Segob).
Regresa al Senado de la República y para que su salida del gabinete sea decorosa, lo hará como presidenta de la Mesa Directiva.
A Bucareli llega el gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, no sólo paisano de López Obrador, sino hombre de todas sus confianzas.
El coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, operó para que los partidos afines y los opositores elijan como presidenta del Senado a Sánchez Cordero sin mayores contratiempos.
En el bullpen, calentando el brazo, se quedaron las senadoras morenistas Marybel Villegas, Imelda Castro, Ana Lilia Rivera y Bertha Caraveo. Tendrán que esperar otro momento.
A Sánchez Cordero, quienes muchos la veían sólo como “florero”, fue despreciada y maltratada por el mandatario.
Le quitaron todas las funciones que tenía en sexenios anteriores la Secretaría Gobernación y la dejaron solo como una interlocutora inútil.
Sánchez Cordero regresa a presidir Senado
A la Secretaría de Gobernación y a su titular las dejaron sin margen de maniobra para la negociación política.
Desde el Cisen, hasta Protección Civil fueron enviados a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
El Instituto Nacional de Migración se quedó en el organigrama de Gobernación, pero su titular es un incondicional del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.
La exministra de la Corte se quedó sólo con la interlocución con los gobernadores, pero sin ningún poder de decisión.
Mientras ella intentaba llegar a acuerdos, en Palacio Nacional se hace lo contrario. López Obrador se dedica a romper lanzas con los mandatarios estatales de oposición.
Nada se recuerda del paso de Sánchez Cordero por Bucareli. Nunca tuvo el poder de Miguel Ángel Osorio Chong, Juan Camilo Mouriño y Santiago Creel.
O en tiempos más remotos, Fernando Gutiérrez Barrios, Jorge Carpizo, Manuel Bartlett o Emilio Chuayffet.
A Adán Augusto López sí tendrá facultades para operar temas que al presidente le interesen.
Sus interlocutores podrán confiar en que el tabasqueño sí será escuchado en Palacio Nacional.
En un gobierno machista, la presencia de mujeres en el gabinete se difumina.
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