Sheinbaum: al diablo con el semáforo epidemiológico

Ciudad de México.- Todo proyecto político como el de la cuarta transformación busca que su gestión de gobierno esté en sentido favorable con la percepción que guarda la población respecto a sus políticas públicas, a los resultados de la gestión de gobierno en atención a las demandas ciudadanas, así como al posicionamiento que adquiera de frente a la ciudadanía.

Por ello, resulta relevante analizar dos temas que me parecen fundamentales.

Por un lado, los niveles de aprobación de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México y, por otro lado, su gestión en un punto nodal para la población: la atención respecto a la presente pandemia por COVID-19 que padecemos ya desde más de nueve meses, según datos oficiales.

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En una encuesta publicada por el Diario El Financiero el pasado 10 de diciembre, Claudia Sheinbaum cuenta con un altísimo nivel de aprobación por parte de la población con alrededor del 70% de la misma.

Dicha encuesta al mirarse en el transcurso del tiempo, podemos darnos cuenta que su peor nivel fue registrado en julio del año pasado cuando solo el 47% opinaban favorablemente respecto a los resultados de su trabajo por un 46% que consideraba que estaba haciendo mal su trabajo.

Al desagregar la información general para comprender este nivel de aprobación encontramos datos por demás reveladores.

Así, por ejemplo, a diferencia de lo que pasa a nivel federal en que la población está perdiendo la esperanza y el gobierno pierde credibilidad ante la ciudadanía por la forma y tratamiento que ha dado a la pandemia, junto a otros temas, en la Ciudad de México las cosas son diferentes.

De acuerdo con la misma encuesta el 50% de la población de esta Ciudad Capital considera que el trabajo del gobierno local es aceptable por un 27% que opinó que es malo y un 22% no tuvo una respuesta ni a favor ni en contra.

Esto puede leerse de diversas maneras, la principal, en mi opinión, es la separación muy diplomática y muy cuidada de Sheinbaum, del pésimo trabajo realizado por la federación.

Justo el pasado 11 de diciembre la Jefa de Gobierno declaró a la Ciudad de México en “Alerta y Emergencia por COVID-19” en razón de que en días pasados ha existido un “crecimiento acelerado” en el número de hospitalizaciones, haciendo el anuncio de diversas medidas adicionales tanto para el Centro Histórico de la Ciudad como de zonas de alta movilidad para buscar atenuar dicho crecimiento.

Pero lo expresado por la Jefa de Gobierno a modo de deslinde por lo que toca a la federación fue cuando indicó que más allá de la semaforización esta gran urbe debe instrumentar medidas para atender la pandemia.

Salida diplomática que manda un mensaje cuidadoso directamente a la política o, mejor dicho, a la pésima política instrumentada por Hugo López Gatell para la atención de esta pandemia que a todos nos afecta.

Claudia Sheinbaum lo entiende bien.  Gobernar no es cosa fácil y menos para la Ciudad Capital CDMX del país que concentra el poder político, económico, social y cultural de la nación.

Sabe perfectamente que la pandemia alcanzó el proceso electoral y en la Ciudad se renovarán tanto las 16 alcaldías como su Congreso local y, sabe también, que los resultados que pueda obtener en junio de 2021 serán vitales para sus pretensiones por alcanzar la presidencia de la República y sabe, además, que un ancla a sus aspiraciones es López Gatell.

Pero me atrevería a señalar que sabe perfectamente que estando del lado de la gente es como se ganan elecciones; atendiendo sus demandas y necesidades, sus inquietudes y, por supuesto, sus expectativas. 

Sabe que ante la desgracia que ha representado el COVID-19 puede generarle un área de oportunidad para seguirse posicionando ante la población. Veremos.

@fdodiaznaranjo 

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