Ciudad de México.- En la semana pasada transcendió que René Bejarano, líder del Movimiento Nacional por la Esperanza (MNE), sería el coordinador la estrategia de política social de los delegados de Morena en las 32 entidades del país.
La información corrió como pólvora y abrió un golpeteo a Andrés Manuel López Obrador, presidente electo de México, por seguir la línea de sumar a personajes innombrables.
La noticia falsa detonó horas antes de que se supiera que Elba Esther Gordillo sería liberada, justo el mismo día que López Obrador recibió su constancia de presidente electo. Fue un cóctel bien preparado para tiznar al tabasqueño.
La versión de la integración de Bejarano al gabinete de López Obrador venía con malicia porque a quien afectaría directamente es a su pareja Dolores Padierna, quien aspira a dirigir la bancada de Morena en la siguiente legislatura de la Cámara de Diputados.
El “profe” Bejarano, como pocas veces lo hace, apareció en medios para frenar el rumor y decir con el buen humor que lo caracteriza que él no busca nuevos cargos, porque ya tiene muchos “cargos de conciencia”.
Bejarano sabe bien que después de enfrentar un proceso penal en la cárcel por recibir dinero de dudosa procedencia del empresario Carlos Ahumada, quedó inhabilitado moralmente para ocupar cargos públicos o de elección popular.
Tras 14 años de los hechos ha cumplido su palabra y no ha tenido el cinismo de otros personajes como Manuel Bartlett para seguir en la escena pública pese a tener un expediente oscuro e imperdonable para los reales militantes de la izquierda.
Sin embargo, no ha dejado un minuto de hacer política para fortalecer el movimiento de López Obrador, quien reconoce en los suyos la eficacia y la lealtad.
Bejarano ha sido eficaz y leal al Presidente electo y por esa razón es uno de los personajes clave en el sexenio y quienes lo conocen saben que como él presume se mete a las estructuras del poder como la humedad. También dice que es como el viento que se siente, pero no se ve.
Esa es la realidad actual que habrá que observar. En la Capital CDMX, donde fue factor fundamental para el triunfo de Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno electa, ha apoyado la idea que impulsa en Morena el hijo de López Obrador, Gonzalo López Beltrán, de crear delegados en las 16 alcaldías, para operar de manera alterna la política social.
Al igual que en lo federal se crearán delegados por cada entidad para operar programas sociales de manera alterna a los gobiernos, la idea de replicará en la CDMX.
En la delegación Cuauhtémoc, donde Bejarano tiene bastante presencia, se insertará Manuel Oropeza, ex líder del PRD en la CdMx, por un acuerdo con el hijo de López Obrador.
En Iztacalco se perfila Felipe de la Cruz, quien quedó fuera de la disputa de los cargos de elección popular en las pasados comicios.
Para la alcaldía de Tláhuac se va a designar al hermano del ex delegado Rigoberto Salgado, Ricardo Salgado.
Esta estructura paralela conformada por Morena tiene la lógica de ser un eje rector de la política social que va a mantener en sus mandatos para evitar eso de la duplicidad y tener un mayor control de las estructuras del partido.
NOCAUT. En el PAN la tensión sigue por la definición del coordinador del grupo parlamentario en el primer Congreso de la CdMx, prueba de ello es que en la primera reunión del equipo se ausentó el futuro diputado local Federico Döring, quien a pesar de tener todas las credenciales no está considerado para asumir el liderazgo y se perfila para ser diputado razo.
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