Los Campos: Dinastía de Campeones

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Alberto Cuenca Reportero en Capital CDMX

 

 Ciudad de México.- La frase “dedica toda su vida al trabajo” fue inventada por gente como Rafael Campos.  De sus 71 años de edad, lleva 67 practicando el box.

Fue una de las primeras cosas que le enseñó su padre y gracias a este deporte su familia es también su equipo, pues sus hermanos, hijos y nietos comparten la misma pasión.

El gimnasio que hoy lleva su apellido es lugar de entrenamiento de decenas de jóvenes que él mismo atiende: es el único que los venda y quien les marca las rutinas.

El gimnasio de Los Campos se ha ido construyendo con el paso de los años en la cochera de su casa, ubicada en la colonia Nativitas, en la delegación Benito Juárez. Es un lugar amplio, repleto de costales, peras, y todo tipo de instrumento necesario para preparar a un pugilista.

Este hombre, un tanto bajo y algo encorvado, de bigote y cabello blanco, alguna vez entrenó durante ocho horas diarias. A los 17 años se inició en el fisiculturismo: se levantaba a las 3 de la mañana para ir a correr y después entrenaba hasta las 11 de la mañana.

En su oficina tiene una foto de cómo lucía entonces y la muestra con orgullo. Interrumpe la narración de su propia historia porque detecta que alguno de sus muchachos falla con un movimiento. “¡Tira bien, con fuerza!”, exclama don Rafa y el peleador corrige su jab.

Su perfeccionismo ha llevado al éxito a personajes de la talla de los hermanos  Rafael y Juan Manuel Marquez, quienes han sido campeones mundiales en las últimas décadas; Héctor Hernández, Vicente Hernández e incluso el legendario Vicente Saldívar, su amigo personal.

A don Rafa le gusta hablar y no le molesta adentrarse en temas personales. Cuenta que en 1970, cuando tenía 26 años, se casó y  producto de esa unión son sus tres hijos y tres nietos, todos entrenados en el boxeo.  Hace una pausa para atender a su última nieta, Regina, de cuatro años, quien interrumpe a su abuelo para preguntarle qué hacer como entrenamiento.

Antes de hacer el gimnasio Campos un negocio, trabajó como obrero durante 27 años en Transportes Eléctricos. Su jornada comenzaba a las 7 de la mañana y acaba a las 3 de la tarde pero él hacía una hora extra.  De ahí se iba a la delegación Benito Juárez, al gimnasio Vicente Saldívar, de 4 de la tarde a 8 de la noche y después de eso entrenaba a otros jóvenes de 10 a 11 o 12 de la noche.

Además del Saldívar ha trabajado en los gimnasios San Andrés Tetepilco, en las calles de Venustiano Carranza; en el gimnasio de la Venustiano Carranza;  la puerta 5, en la “Deportiva”, en Río Churubusco, y Plan Sexenal, atrás del Colegio Militar. También cuenta que este deporte le ha dado la oportunidad de viajar por la República mexicana.

“Ser entrenador es un anhelo, una satisfacción y un gusto poder ir a participar en cualquier torneíto que sea”, dice con vehemencia.

“El box me ha dado satisfacciones. He tenido mucha responsabilidad como entrenador, los jóvenes que se ponen en nuestras manos salen adelante. El box es muy limpio, de trayectoria fuerte, una fuente de trabajo”, añade don Rafa en una esquina de su gimnasio lleno de ruidos, golpes, órdenes y saludos entre los futuros pugilistas.

Uno olímpico y otro profesional

De un lado está Rafa, y del otro, Hugo. Ambos son hijos y alumnos de don Rafa. El primero está sobre el cuadrilátero entrenando a dos peleadores que participarán en el torneo de la Ciudad de México Ídolo Chilango mientras que el segundo se concentra en los practicantes que están en los aparatos como el saco o la pera.

Los dos hijos tienen una carrera para presumir y una gran admiración por su padre. Cuando se les pregunta por su trayectoria, ninguno de los dos habla directamente de los premios que han ganado o los lugares en los que han competido, más bien se van por el lado de lo que han aprendido del box, de cómo eran los entrenamientos con su padre, etc. Ambos coinciden en que su padre nunca los obligó a entrenar y siempre les pidió “calificaciones y escuela para boxear”.

Aunque han tenido historias paralelas, cada uno ha seguido su camino: Hugo estudió la ingeniería de fuel-injection y diesel en una vocacional y al día de hoy está terminando la carrera de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México. Rafa, el mayor, estudió la carrera de Contaduría. En el boxeo, Rafa era profesional y Hugo, olímpico.

Rafa habla mientras sus jóvenes tienen un descanso pero la conversación de Hugo tienes golpes rápidos de fondo. En los muros del gimnasio hay imágenes de Hugo, donde luce con la piel pegada a los músculos. Además de destacar en el boxeo fue sexto lugar mundial en lucha grecorromana.

“Estoy eternamente agradecido por la educación y porque me fomentó que es este gran deporte”, dice Hugo y lo secunda su hermano Rafa, quien presiona a todos los peleadores en el gimnasio para que pulan la técnica.

La única hija de Rafael Campos entrenó box también desde pequeña y aunque no está presente por dedicarse a su carrera profesional, siempre apoya el gimnasio de su padre.

La tercera generación

Don Rafa tiene tres nietos: estudian la preparatoria, la secundaria y el kínder respectivamente. En el entrenamiento están presentes los dos menores: Johan y Regina.

Johan, quien tiene 14 años, conoce a la perfección cómo debe moverse y cuál es la rutina del día. Su padre, Hugo, explica que es un joven muy disciplinado: toca el saxofón, juega ajedrez y practica el deporte familiar. Es muy pronto para pensar si él se dedicará a lo mismo que sus antecesores, nadie le pone esa presión, pero por lo pronto, se divierte en el entrenamiento que le dan y sus golpes resuenan en todo el lugar.

La pequeña Regina va de un lado a otro del gimnasio esperando instrucciones, interrumpe a su abuelo para preguntarle qué hacer y éste le da unas cuantas indicaciones básicas para comenzar su entrenamiento. Ella, obediente, enseguida acata pero sus minúsculos puños apenas y mueven el saco.

La integrante más pequeña del equipo no se rinde. Esos primeros pasos que da son los mismos que dieron todos los ahí presentes. Sus cuatro años son la edad para ingresar al sistema escolarizado y la edad en la que todos Los Campos comenzaron su carrera en el box.

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