Las alianzas electorales rumbo al 2021

Ciudad de México.- Las elecciones son un referente de fuerza política con el respaldo mayoritario de la ciudadanía que, con su voto, decide el rumbo de una nación, de un Estado, distrito (local o federal) o municipio o alcaldía para el caso de la Ciudad de México.

En México, los procesos electorales además de ser complejos, los actores políticos que compiten para alcanzar un triunfo electoral tienen la posibilidad de hacer alianzas estratégicas que les puedan garantizar la victoria en la contienda electiva y con ello, gobernar por un periodo determinado.

Estas alianzas, de acuerdo con la normatividad electoral se encuentran conformadas bajo una figura denominada coalición.

En este sentido, las alianzas electorales pueden ser de dos o más partidos.  

Para poner un ejemplo, en la elección presidencial de 2018, existieron tres grandes coaliciones; una conformada por el PAN, el PRD y MC impulsando a Ricardo Anaya; otra integrada por el PRI, el PVEM y NA con José Antonio Mead como su candidato y, finalmente la coalición compuesta por Morena, el PT y el PES.

De entrada, algo que podemos observar a simple vista es que las coaliciones no tienen como limitante las posibles ideologías políticas, es decir, puede aliarse un partido de izquierda con un partido de derecha, lo que va en contra de su propia filosofía y hasta su razón de ser.  

También podemos observar que este tipo de coaliciones cuando triunfan, en el camino, es decir, cuando ya son gobierno o forman parte de un bloque legislativo tienen, por decir, lo menos, serias diferencias.

Otro aspecto característico de las coaliciones es que algunos dirigentes consideran que por presentarse de forma conjunta por si sólo adquieren fuerza y mayor presencia y no siempre es así.

Inclusive en la conformación de estas alianzas políticas algunos partidos han perdido en tanto que otros salen beneficiados.

Así, por ejemplo, en la elección de 2018, la coalición encabezada por Morena junto con el PT y Encuentro Social fue una mala decisión de Morena que hubiese alcanzado casi el mismo número de triunfos por sí solo; en cambio, al ceder espacios al PT y al PES, éstos tuvieron una representatividad que no hubiesen logrado solos.

Tan sólo recordemos que el PES perdió el registro por no alcanzar el 3% de la votación, pero en términos de representación legislativa rebasó dicho umbral; contradictorio por donde se le quiera ver.

Ahora que esta en puerta la elección más grande que hayamos tenido, seguramente los partidos políticos estarán pensando en la conformación de coaliciones totales, parciales o flexibles; las primeras con un esquema de competencia conjunta en un 100%, la segunda en un 50% y la tercera hasta en un 25%.

Lo ideal es que los partidos se unieran conforme a sus fines, doctrina e ideología, pero esto no sucederá.

Lo práctico es que los partidos se aliaran estratégicamente a través de estudios serios de rentabilidad electoral, de fuerza política, de estrategia y de análisis de las necesidades de la población, pero son los menos quienes llevan a cabo este tipo de estudios.

Lo que seguramente seguiremos viendo, es la construcción de alianzas por alcanzar el poder a cualquier costo sin importar ideología, la dirección que cada partido haya tenido o bien, la percepción de la población respecto a determinadas alianzas.

En razón de esto, no sería nada extraño que en la próxima competencia electoral el país acabe polarizándose aún más y, al menos, en la contienda por la renovación de la Cámara de Diputados sea factible ver dos grandes coaliciones.

La primera posiblemente conformada por el PAN, el PRI, PRD, y MC, en tanto que la segunda bien podría quedar integrada por Morena a la cabeza junto con el PVEM y el PT.

Finalmente, debemos destacar que podrían participar otros partidos como el partido Encuentro Solidario de reciente registro, pero habrá que esperar las definiciones de las instancias jurisdiccionales en materia electoral que, como sea, y por disposición de la legislación electoral, en su primera competencia electoral los partidos de reciente registro no pueden formar coaliciones en su primera aparición.

Así que, como podemos ver, el armado de estos dos grandes bloques podría ser un escenario posible con el único tinte de buscar la mayor fuerza electoral.

Al final, la decisión, como en toda democracia, quedará en la ciudadanía con la emisión de su sufragio.

¡Hasta la próxima!

@fdodiaznaranjo

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