Ciudad de México.- Un resultado electoral, es la obra de los ciudadanos. Luego de 18 años gobernando la ciudad, la fuerza de la izquierda se dividió como en los viejos tiempos, por la disputa de la vanguardia.
Si bien el PRD ha ido perdiendo el rumbo y la noción integral del gobierno en la capital, el partido Morena no parece llegar con una alternativa programática, sino levantando la bandera de los escindidos: el PRD, su raíz, es su enemigo principal.
Tanto PRD como Morena se expusieron frente al electorado, acusándose mutuamente de lo que reivindican: la autoría de los programas sociales que inauguraron desde 2000, como la base del nuevo clientelismo del sistema de partidos, vigente a partir de lo que se ha dado llamar la transición política o la alternancia.
En la naturaleza de la escisión del voto, que antes fue un gran bloque mayoritario, ha empezado también un proceso de transición entre los grupos y organizaciones de la izquierda política y social.
Esta “transición”, podría considerarse una crisis frente al electorado, pues en la suma de ambos, no hay la incorporación o crecimiento de la fuerza electoral, sino la suma de los que están en vías de una nueva y profunda derrota común. El electorado del DF ¿ha tenido la escisión que se merece?
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