La música que regocija a los usuarios del Metro

Ciudad de México.- Caminar con intenso dolor de cabeza por los andenes del metro de la CDMX parece un patrón entre los capitalinos, unos de prisa, otros con un paso más sereno, pero todos añoran llegar a su destino.

Escuchar Host of a Ghost de Porter en las pantallas de la estación Garibaldi resulta nada común; quizá la programó un amante del rock que le gustaría escucharla durante su travesía por este gigantesco medio de transporte, que a diario alberga a 5 millones de usuarios.

Pero metros adelante está la fiesta, a todo volumen se escuchan ritmos tropicales, y no, no son vagoneros.

Hoy los encargados del ambiente y de poner a bailar a todos se llaman La Pandilla de Pepe; agrupación que entre sus filas cuenta con percusionista y vocalista invidentes, así como tecladista, baterista y corista con debilidad visual.

Tanto grandes como chicos, mujeres y hombres sueltan el cuerpo al ritmo de salsa, cumbia y géneros tropicales; sin pena alguna 3 parejas invaden una pista de baile improvisada en el transbordo a la Línea B del metro.

Algunos pasan e intentan ignorar el repentino concierto, pero su cuerpo los traiciona y disimuladamente mueven los hombros mientras ríen tímidamente con su acompañante.

En el micrófono la voz grave del percusionista que emocionado pide se acerquen a bailar porque «la fiesta ya va a terminar y no hay muchas monedas en el estuche», la gente ríe y se acerca a dejar una moneda.

Devuelta y de brinquito, rápido y suave es como se da la comunión rítmica entre las parejas que disfrutan la música y los intérpretes de ésta.

Rodeados de gente, La Pandilla de Pepe toca un último popurrí de La Sonora Dinamita… culminan con Mira Hacia Arriba, dan las gracias y como si nada hubiera pasado la gente continúa su camino.

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