Ciudad de México.- Viene otro momento difícil. El mundo se prepara para una nueva oleada por el Covid-19. En Francia, por ejemplo, ya se anunció un nuevo confinamiento.
Puede ser muy duro lo que viene, pero estamos mejor preparados que hace un año y además contamos ya con vacunas.
Esto es una epopeya de la ciencia, pero no la tenemos muy presente, por la emergencia en que vivimos. En el pasado, la vacuna que pudo obtenerse con mayor celeridad fue la de las paperas y para ello tuvieron que pasar cuatro años.
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En la actualidad, desde que se conoció que avanzaba un nuevo virus para el que no había cura, en diciembre de 2019, los laboratorios y los centros científicos comenzaron a realizar su trabajo, pero no partieron de cero. Es decir, sin el conocimiento previo, producto de las investigaciones y del talento de cientos de científicos, el mundo estaría en problemas todavía mayores.
Una de las enseñanzas más importantes de estos meses, es que hay que proteger, con vacunas, a los sectores en mayor riesgo: los adultos mayores y a quienes trabajan en los sistemas de salud y están en la primera fila de combate al virus.
Esto permitirá enfrentar con mayor oportunidad a un virus que no desaparecerá en el corto plazo y en donde los niveles de vacunación necesarios no serán posibles este año.
Los expertos calculan que a finales del 2021 se puede alcanzar la protección de un 25 por ciento de la población en el planeta. Esto es así por las dificultades logísticas y porque no existen las dosis suficientes.
Hay países, no más de 10, que cuentan con el abastecimiento adecuado, porque compraron las vacunas aún antes de que fueran aprobadas. Se arriesgaron y ganaron, pero no nos engañemos, esto fue posible porque tenían dinero para hacerlo.
Frente a ello, hay naciones que no cuentan ni con vacunas ni con recursos para adquirirlas y aunque la comunidad los apoyará por medio del proyecto Covax, esto puede demorar todavía.
En el fondo todos saben que la única posibilidad que existe para lograr resultados es la de la cooperación internacional y así ocurrirá, pero en el intervalo quedan presentes todas la ausencia de equidad y la injusticia.
En la actualidad, solo el 1.67 por ciento de la población mundial ha completado su vacunación contra el Covid-19 (OurWordData), lo que da una idea del enorme trabajo que hay que hacer.
Las primeras etapas de vacunación son esenciales, porque darán un respiro a los sistemas de salud y permitirán hacer frente a nuevas cepas del Covid-19. Eso es lo que está haciendo la Organización Mundial de la Salud (OMS), estableciendo estrategias que permitan que la inmunización llegue en las condiciones más propicias.
Es el tiempo largo del Covid-19 y con todo lo que implica.
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