Un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indica que la tasa de desempleo en mujeres en países de medio y bajo ingreso es del 6,2%, frente a un 4,3% de los hombres. Asimismo, el 24,9% de las mujeres no pueden encontrar un empleo, frente a un 16,6% de los hombres.
Un factor importante que la OIT señala como explicación a la mínima participación laboral de la mujer en la fuerza laboral mundial es la crianza de los hijos.
¿Por qué es tan difícil para una mujer, especialmente si es madre, entrar sin barreras al mundo laboral? Según un estudio presentado por el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD) de IPADE Business School, la mayor diferencia entre hombres y mujeres es el número de jóvenes sin estudiar, el porcentaje de mujeres es de 26.3%, comparado con el 9.7% de los hombres, podemos notar que hay brecha asciende a 2.7 veces.
Según cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) al cuarto trimestre de 2022, en la Ciudad de México la Población Económicamente Activa (PEA), es decir, la población que se encontraba trabajando o en búsqueda de un trabajo, fue de 4.9 millones de personas, cifra superior a la registrada en el cuarto trimestre de 2021 (4.7 millones).
Al finalizar el año 2022, en la Ciudad de México, 53 de cada 100 mujeres eran económicamente activas. Esta cifra es mayor en el caso de los hombres, 74 de cada 100.
Además, las trabajadoras lidian con ambientes de trabajo donde suelen sufrir agresiones que afectan su crecimiento profesional gracias a la subestimación excesiva de sus capacidades por parte de compañeros o jefes, comentarios sexistas, sin mencionar el acoso laboral.
«Es una problemática que no se puede solucionar solo con abrir más plazas de trabajo», afirma Jasmina Freire, Employe Experience en Factorial. «Las áreas de recursos humanos juegan un papel importante en la transformación de la cultura organizacional de las empresas, deben velar por los derechos que tiene todo empleado —horas extra, licencias, vacaciones—, y ser agentes de cambio en conductas negativas en la cultura organizacional».
