Al tiempo que los capitalinos observan la imponente llegada de grupos delictivos, la Ciudad de México (CDMX) se vuelve estratégica para la supervivencia de los mismos.
Una dinámica que viene fraguándose décadas atrás comenzó a vislumbrar sus efectos a lo largo del año.
La ubicación estratégica de la capital del país corona a la CDMX como el sitio idóneo para el hospedaje de los cárteles.
Así, la zona fronteriza deja de ser imprescindible para el comercio del narcotráfico mientras la zona centro cobra importancia.
Según información obtenida por el grupo de hacktivistas Guacamayas, en agosto de 2022, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) señala que la complejidad de la ciudad ha favorecido que esos grupos establezcan puntos seguros para sus operaciones.
En este caso, el documento confirma una consolidada red de tráfico de drogas y armas que viajan en transporte público, autobuses y hasta por el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para llegar a las narcotienditas de distintas colonias.
La ruta dorada
A mediados del año, las riñas por el poder sobre la ruta dorada de trasiego comenzaban a propagarse en medios de comunicación.
Por lo que, las disputas latentes por el territorio del sur de la Ciudad comenzaban a mostrar síntomas.
Los meses transcurrieron sobre un aire denso provocado por los polvorines ubicados en los estados del norte.
No obstante, desde inicios de octubre, la atención regresó al sur de la CDMX.
La Familia Michoacana (FM) introdujo violenta su participación en las zonas aledañas de Milpa Alta.
Y, días después, lo hizo formalmente en caravana paramilitar sobre las calles de la demarcación.
David Saucedo, especialista en seguridad pública, indicó que el sur de la ciudad es la zona natural de expansión para ellos.
“A mí me sorprende no que ocurra, sino que hayan tardado tanto tiempo”, señaló Saucedo en entrevista para Capital CDMX.
La estrategia de combate del Gobierno de la CDMX
De acuerdo con el analista gubernamental, la estrategia de combate del Secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch es otro de los factores que han promovido el fortalecimiento de la actividad delictiva.
El Gobierno de la capital ha optado por el ataque al fenómeno mediante detenciones de cabecillas.
Una alternativa que ha resultado contraproducente para el debilitamiento de la dinámica ya instaurada dentro del país.
“Algunos de los aliados de la FM en la CDMX se empezaron a debilitar. La mayoría de los cárteles locales han sufrido detenciones y fluctuaciones importantes.
“Ante ese vacío que empiezan a dejar las redes locales, los carteles nacionales ven una oportunidad”, continuó el analista.
Y, aunque parezca insólito para los habitantes de la capital, estas incendiarias actividades se dan como un reflejo de la cotidianidad de los estados del norte.
“Quizá para la CDMX sea algo novedoso, pero es algo común para ellos.
“El Gobierno debería de actuar con dureza para evitar que ocurran actos de barbarie que hemos visto en otros estados como lo que ocurrió en Totoloapan”, señaló.
En una realidad en donde los cárteles participan abiertamente en procesos electorales, extorsión y reemplazo de las autoridades locales en la prestación de servicios de seguridad, resulta imperante que el Estado lidere estrategias efectivas para mermar la propagación del fenómeno que se vive en la frontera.
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