Ataques con ácido: nueva manifestación de violencia de género

Esmeralda Millán, sobreviviente de un ataque con ácido por parte de su ex pareja
Foto: Ginnette Riquelme/Los Angeles Times

El ríspido abanico de expresiones de violencia contra las mujeres crece, posicionando a los ataques con ácido como una de las manifestaciones en contrapicada dentro del país. 

Durante el primer semestre del 2022, la Secretaría de Salud registró 47 casos de mujeres quemadas intencionalmente. 

Las formas en las que los agresores deciden marcar sus crímenes en la piel de las víctimas varía entre líquidos flamables que detonan en fuego y sustancias corrosivas.

Sin embargo, según la Fundación Carmen Sánchez, dedicada a acompañar a mujeres que sufren los estragos de estas expresiones, los ataques con ácido han presentado un incremento en los últimos años.

La asociación asegura que en México no existen cifras oficiales que verifiquen la cantidad de mujeres que se han visto afectadas por ataques con ácido.

No obstante, ésta lleva un conteo de 33 desde 1998.

Estados legitimados contra los ataques

Al ser una forma de violencia machista poco común, el Estado avanza tardo en materia de rigor ante los casos.

En consecuencia, sólo siete entidades federativas de 32 han tipificado estos actos con penas de hasta 14 años de reclusión penitenciaria.

Los estados que condenan con años de prisión a dichos crímenes son Aguascalientes, Baja California Sur, Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo, Oaxaca y San Luis Potosí.

Ante el avistamiento del fenómeno, el Senado de la República aprobó la reforma del Artículo 6 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

Aunando en dicha ley los ataques con «sustancias cáusticas, irritantes, tóxicas o inflamables o cualquier otra que pueda provocar lesiones como violencia física de género”, aseguró el Senado.

El siguiente paso considera la aprobación de la Cámara de Diputados para analizar y aprobar la reforma.

La naturaleza de los actos

Este tipo de expresiones son consecuencia de diversos factores que envuelven a la realidad mexicana.

Entre el machismo, la misoginia, el narcotráfico y la violencia extrema, las mujeres se convierten en un sector aporreado por la sociedad.

Esto lo relatan los datos de la fundación Carmen Sánchez al mostrar que en el 85 por ciento de los casos, el autor del crimen fue un hombre.

De los 28 casos registrados, cinco de ellos eran parejas y 11, ex parejas sentimentales de las mujeres.

La mayor parte de estos fueron registrados en la Ciudad de México, el Estado de México y Puebla.

Los sujetos, con la voluntad de dejar una marca perdurable de odio, atacan hacia el rostro de las víctimas.

Ellas tienen, en su mayoría, entre 20 y 30 años.

Los hechos no son más indignantes que el sendero posterior por el que las víctimas deben caminar, ya que, en el 96 por ciento de los casos, las autoridades no han sentenciado a los criminales.

Así, únicamente cuatro agresores han sido vinculados a proceso: tres de ellos por tentativa de feminicidio y uno por violencia familiar.

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