Ciudad de México.-Empantanados. Hasta la lluviosa tarde de este miércoles ese era el estatus de la negociación entre los diputados que están encargados de redactar el reglamento de la Asamblea Constituyente.
El punto de conflicto llegó cuando los legisladores comenzaron a discutir la integración de los grupos parlamentarios, es decir, si son mínimo tres o cinco diputados los que construyan una bancada. Los partidos pequeños como Nueva Alianza, Encuentro Social, Movimiento Ciudadano y el PVEM obviamente le apuestan a que con sólo tres se puedan agrupar.
“Ahorita estamos empantanados en la parte de los grupos parlamentarios. Había una propuesta en la que coincidíamos varios, de que fueran tres constituyentes quienes integraran los grupos y que hubiera la posibilidad de que además de las bancadas de los partidos políticos hubiera otros grupos, sobre todo considerando a los constituyentes que fueron designados por el Ejecutivo en caso de que quisieran agruparse de esa forma.
Sin embargo, también dijimos que el peso que cada partido político tiene en pleno de la Asamblea Constituyente debe ser considerado y ahí fue donde empezó la dificultad, pues hay quienes piensan que no debe ser así, y estamos regresando a nuestra postura original de que sean cinco”, explicaba Carlos Gelista, diputado constituyente por el PAN.
Formar un grupo parlamentario, sin necesidad de integrarse a otra fuerza política, da la oportunidad a los partidos pequeños de ser parte de la Mesa Directiva que conducirá las sesiones del Pleno, además de tener un peso y representación específicos en la toma de decisiones.
Para el PRD y el PAN, la representación de los partidos pequeños en la toma de decisiones no debe pesar igual que el de las fuerzas políticas mayores, de ahí la propuesta que se les otorgue un voto ponderado, es decir, que su sufragio represente a la cantidad de legisladores que tengan en el Pleno.
No obstante, el PRI, sumando a los seis designados del Ejecutivo federal, más sus aliados naturales de otros partidos, puede alcanzar una representación de hasta 31 constituyentes. El voto ponderado reforzaría la posición priista como bancada mayoritaria y el mayor poder de decisión; aunque en juego está el número de constituyentes que pueda aglutinar el PRD, si logra sumar al legislador independiente, a los seis designados por Miguel Ángel Mancera y al partido Movimiento Ciudadano.
Así de complicados estuvieron hoy los constituyentes y su juego de poder.
El legislador independiente, Ismael Figueroa, resumía la intensidad de esa discusión con una frase. “Ahorita se están peleando porque si son dos, tres o cinco; la verdad es que parecemos caníbales, pero bueno, es parte de esto”, decía durante una entrevista.
El avance en la construcción del reglamento iba bien, hasta que los constituyentes llegaron a la parte fundamental del documento, y que se relaciona con la forma de repartirse la toma de decisiones y la conducción del debate. Así, está pendiente de definirse cómo se elegirá a la Mesa Directiva, el número y la presidencia de las comisiones dictaminadoras o si habrá una mesa de acuerdos.
El constituyente Ismael Figueroa estimaba que si no hay acuerdos en los puntos mencionados, el proyecto de reglamento se tendrá que presentar encorchetado el viernes ante el Pleno de la Asamblea Constituyente, y que sea ahí donde se resuelvan los temas en los que hay un total disenso.
Pero el presidente de la Junta Instaladora de la Asamblea Constituyente, Augusto Gómez Villanueva, descartaba esa posibilidad. De acuerdo con el decano, hay un avance de 80% en la construcción del reglamento, y aseguró que él convocará mañana a la sesión del Pleno con el proyecto de reglamento terminado, sin corchetes.
Para Carlos Gelista, todo lo que no sea acordado en la comisión redactora del reglamento tendrá que irse a la discusión en el Pleno, aunque dejaba en claro que en la sesión del viernes se requerirá el voto de las dos terceras partes de los 100 constituyentes para que el reglamento por fin entre en vigor.
La Mesa Directiva
El número de integrantes de los grupos parlamentarios no es la única manzana de la discordia que buscan arrebatarse los constituyentes. La joya de la corona es la presidencia de la Mesa Directiva de este órgano legislativo.
El presidente de la Mesa será el constituyente más visible y el maestro de esta orquesta; él o ella ordenará el debate y llamará al orden, en suma, será la voz cantante.
Por eso los legisladores de Morena ya levantaron la mano, para decir que ellos impulsarán a su coordinador, Bernardo Bátiz, para que ocupe esa estratégica posición.
Insisten en su discurso, de que al Movimiento de Regeneración Nacional le corresponde presidir, pues ellos fueron electos por la ciudadanía, y rechazaron que una mayoría ficticia intente apropiarse ese nombramiento.
“La Mesa Directiva va a estar integrada por entre cinco y siete legisladores, y Morena está proponiendo que se vote en el Pleno para que cada diputado pueda tener una orientación de su voto, ya sea por un candidato o por dos. No puede ser que una fuerza minoritaria vaya a presidir la asamblea. El PRI, los designados de Miguel Ángel Mancera y el PRD, las principales fuerzas quieren presidirla, todos quedaríamos, pero nosotros tenemos derecho a presidirla y es lo que vamos a pelear.
Si ellos ya tienen sus aritméticas hechas como partidos políticos, por lo menos que nos dejen representar a la ciudad presidiendo la Mesa Directiva”, decía la obradorista Patricia Ruiz Anchondo antes de ingresar a la reunión de la Comisión de Reglamento que a diario sesiona en la antigua sede del Senado del República.
Uno de esos designados de Mancera se apareció está mañana en la casona de Xicoténcatl. El senador con licencia Alejandro Encinas acudió a registrar sus huellas dactilares para el sistema electrónico de votación.
Ahí rechazó que haya ponderado la posibilidad de buscar la presidencia de la Mesa Directiva. “Primero que haya reglamento y después habrá que hacer las valoraciones con todos”, dijo.
Lo que sí dijo es que muy probablemente los seis constituyentes designados por el Jefe de Gobierno integren una bancada propia en la Asamblea Constituyente.
- ¿Los designados por el jefe de gobierno ya decidieron si integrarán una bancada?-, se le cuestionó.
- Vamos a ver cómo queda el reglamento, pero es muy probable, y yo espero que no sólo con sus integrantes, sino con otros constituyentes más-, dijo.
- ¿De qué partidos?
- No, de partidos no. De ninguno.
- ¿Una bancada de designados?
- No, ahí que cada chango a su mecate, pero ya veremos con quienes y no necesariamente, eso hay que entenderlo, este Constituyente no va a funcionar como los congresos tradicionales, porque aquí habrá una gran transversalidad, primero porque hay temas concurrentes entre grupos parlamentarios, entre partidos y muchos representantes de la sociedad civil que llegaron por los partidos.
Los acuerdos
El 80 por ciento del reglamento sí tiene acuerdo, pero los consensos se centran en asuntos operativos, como la posibilidad de que los diputados constituyentes soliciten información técnica al gobierno de la ciudad que les ayude a construir el dictamen.
Se acordó que será a más tardar el 30 de octubre cuando los diputados puedan presentar iniciativas. Las sesiones del Pleno serán una vez a la semana, en un horario de 10:00 a 15:00 horas, y en una sesión un grupo parlamentario no podrá presentar más de tres iniciativas de forma consecutiva.
Los ciudadanos tendrán derecho a ser escuchados en las comisiones dictaminadoras, para que sus planteamientos se incorporen en el dictamen y para ello se emitirá una convocatoria pública, a fin de que la sociedad, académicos o representantes de organizaciones sociales conozcan los procedimientos a seguir para hacerse escuchar en las comisiones.
Cada una de la comisiones de trabajo presentará un dictamen al Pleno, donde la discusión y votación se hará artículo por artículo.
Los constituyentes definieron que si un artículo de los que integren el dictamen no es avalado en el Pleno de la Asamblea, se recurrirá a la figura de voto particular. Se trata de un mecanismo por el cual un diputado o un grupo de legisladores presentan ante el Pleno una suerte de dictamen alterno sobre ese artículo que no se aprobó, para que esta nueva propuesta se discuta y vote en el Pleno.
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