Ciudad de México.- El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) discutirá este miércoles los temas relacionados con la elección de la dirigencia de Morena. Son varios, pero el central, por supuesto, es la encuesta para elegir a los dos cargos de mayor relevancia: Presidencia y Secretaría General.
Desde que se aprobó esta disposición se generaron serias dudas sobre su validez, o más bien legitimidad, porque pone al Instituto Nacional Electoral (INE) a cargo de un procedimiento que debiera ser exclusivo de ese partido.
¿Declararán inválido método que los mismos magistrados aprobaron? ¿Lo harán porque no se respetó la paridad de género? Es probable y ello tendrá sin duda consecuencia en los propios equilibrios políticos de la organización partidaria más relevante y poderosa.
¿Por qué? Porque quién presida el partido tendrá una influencia notable en una parte de las candidaturas para el 2021 y en la propia conformación de los grupos que irán definiendo la sucesión presidencial.
Será interesante conocer argumentos y posiciones de los magistrados y magistradas, pero no creo que ello los coloque de un lado o de otro. Me explico. Si bien cada determinación del Tribunal Electoral termina por favorecer a alguien, esto no quiere decir, en automático, que ello responda a afinidades o mucho menos a componendas.
No, es más complicado que eso, aunque sin duda las presiones aumentan en proporción a lo que está en juego. Una jornada interesante para la Sala Superior y por ello estará lejos de ser un paseo.
Me parece que descartar la encuesta como método de elección en Morena resultaría pertinente por varios motivos y en particular porque no metería al INE en un callejón sin salida, permitiría a los morenistas elegir de modo más democrático en el futuro, evitando las improvisaciones y la llegada de verdaderos payasos a altas posiciones, por todo lo que eso implica para el propio país. Pero también estoy convencido que una decisión contraria no sería consecuencia de pactos oscuros, sino consecuencia de un partido en el que no se pueden poner de acuerdo.
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