¿Alternancia o continuidad? El dilema de Álvaro Obregón en elecciones 2021

Ciudad de México.- El próximo 6 de junio, los habitantes de la demarcación Álvaro Obregón se van a enfrentar a una de las elecciones más importantes de la historia porque deberán elegir entre la continuidad del gobierno de Morena, que representa Eduardo Santillán o la alternancia con Lía Limón abanderada de la alianza PRI-PAN-PRD.

Álvaro Obregón es uno de los territorios más importantes en la Ciudad de México por el valor de la tierra, debido a ello ha sido explotado el desarrollo inmobiliario y se han detectado obras ilegales como la Presa Anzaldo que actualmente es demolido por el gobierno de la Ciudad de México (CDMX).

En votos, la alcaldía es el tercer padrón más importante de la CDMX y hoy en día las encuestas dan la delantera a Limón, quien va por la alianza opositora a Morena, por ello las miradas están puestas en esa elección, debido a que Morena está dividido y Santillán carga con el mal gobierno de Layda Sansores, quien abandonó el cargo para irse de candidata al gobierno de Campeche por las siglas de Morena.

Álvaro Obregón cuenta con un electorado muy politizado y vecinos muy activos, que compartieron a Capital CDMX, un expediente con los claroscuros de Santillán, quien gobernó la demarcación de 2009 a 2012 y figuró en la escena pública por escándalos como el del Bar Bar, donde el ex futbolista del América Salvador Cabañas fue baleado por un supuesto conflicto de drogas.

Ese hecho marcó la administración de Santillán, quien estuvo a punto de ser desaforado por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

Sin embargo, en el documento se resalta que Eduardo Santillán, abanderado por Morena y el PT, tiene un amplio número de irregularidades.

Destacan que en su gobierno se conformó una supuesta red de corrupción que era operada por Gustavo Figueroa y Liliana Huitrón.

La red operaba la obtención de recursos económicos y materiales a través de la protección, extorsión y cobro de cuotas a los denominados “giros negros” en esa demarcación.

En ese tiempo en Álvaro Obregón funcionaban alrededor de 800 restaurantes, bares y antros, muchos de los cuales operaban en realidad como table dance, sin contar con los permisos correspondientes; y otros más como casas de citas y prostitución, disfrazados como spas o centros de masaje y relajación; y en la mayoría de estos establecimientos además se comercializaban abiertamente todo tipo de drogas, con la complicidad de las autoridades.

Huitrón mantenía ya entonces una añeja relación personal con Santillán, quien fungiendo como Coordinador de Asesores de Leonel Luna en la Jefatura Delegacional de Álvaro Obregón, logró colocarla en la Unidad de Licencias y Giros Mercantiles.

En el gobierno de Santillán se designó a Liliana Huitrón como Coordinadora de la Unidad de Verificación, encargándole directamente la operación de esta red de corrupción.

Tida esta red era supervisada por Gustavo Figueroa Cuevas, entonces Director Jurídico y de Gobierno de la Delegación.

A Figueroa se le señala además de ser el responsable de un centro de espionaje e información, mediante el cual intervenían todo tipo de comunicaciones, realizaban labores de inteligencia y también de seguimiento de funcionarios y políticos no solo de la Delegación Álvaro Obregón, sino también de otros ámbitos de la Ciudad de México e incluso a nivel nacional.

Uno de los casos más polémicos de Santillán fue su vínculo con el negocio La Corbata, que contaba con licencia tipo A de restaurante, pero funcionaba como table dance, ubicado en el número 53 de la calle 4, de la colonia San Pedro de Los Pinos, el cual era propiedad de un primo de Eduardo Santillán Pérez, de nombre Víctor Pérez (a) “El Can Can” o “El Chilango”.

Este tema fue denunciado por Limón ante Santillán en el debate organizado por el Instituto Electoral de la Ciudad de México.

Los giros negros 

En el periodo de gobierno de Santillán fue una época dorada de table dances como Le Chateau, ubicado entonces en el número 1670 de la avenida Insurgentes Sur esquina con Iztaccíhuatl, en la Colonia Florida; El Tributo, que contaba con licencia de restaurante, ubicado en la zona de San Ángel; Solid Gold, ubicado sobre la avenida Insurgentes Sur; “Caligula, ubicado en el número 2351 de la avenida Insurgentes Sur, en San Ángel.

Otro giro negro fue Costa Dorada, ubicado sobre la avenida Insurgentes Sur; La Envidia, ubicado sobre la avenida Insurgentes Sur; El Anait, ubicado sobre la avenida Insurgentes Sur y El Coy, ubicado a escasos metros de la oficina de la Nunciatura Apostólica en México, cuya clausura fue solicitada en reiteradas ocasiones por las autoridades religiosas, pero sin resultados positivos. 

Otros negocios fueron La Camelia, ubicado en el número 3 de la calle Francisco I. Madero, en la zona de San Ángel, el cual era el sitio de reunión favorito de los funcionarios de la Delegación

Álvaro Obregón, así como el “Nikki”, “Azúcar Amarga” y el “Black”, y el famoso Bar Bar que derivó en la tragedia que involucró al jugador del América y Televisa.

Estos lugares operaban sin problemas administratIvos porque pagaban cuotas de 70 a 100 mil pesos mensuales a la delegación.

La Línea 12 

Cuando Santillán fungió como Diputado en la V Legislatura de la Asamblea Legislativa del DF, del 2012 al 2015, fue además Presidente de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Ciudad de México.

En su calidad de Presidente de dicha Comisión, Santillán encabezó las investigaciones realizadas por esa instancia sobre las múltiples irregularidades y desvíos detectados en la construcción de la Línea 12 del Metro, denominada la Línea Dorada, por los cuales incluso se iniciaron algunas carpetas de investigación en contra de distintos funcionarios del gobierno de Marcelo Ebrard.

El propio Ebrard fue vinculado directamente con esas irregularidades y durante algunos años se ausentó del país en compañía de su familia, estableciéndose durante varios meses en Francia y posteriormente en los Estados Unidos, hasta que regresó a México durante en pleno proceso electoral del 2018, cuando tuvo la certeza de que no existía ninguna orden de aprehensión o proceso legal en su contra por este motivo.

Santillán realizó una sólida defensa de Ebrard, estableciendo en todo momento su inocencia en estas supuestas irregularidades. El 17 de julio del 2014 y en su calidad de Presidente de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Ciudad de México, Santillán dio a conocer un dictamen en el cual se exonera totalmente a Ebrard y a su gobierno, estableciendo en términos generales que “la investigación no arrojó irregularidades y se comprobó que no existieron pagos indebidos ni recomendaciones pendientes de las auditorías de los años anteriores, por lo que desde el punto de vista de las auditorías practicadas no se acredita ningún acto de corrupción ni malos manejos en esa obra”.

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