En Morena ya se les hizo bolas el engrudo, ese material con el que tapizaron de propaganda la Ciudad de México (CDMX), y están en una encrucijada.
El partido en el poder decidió abrir la disputa por la Jefatura de Gobierno entre dos perfiles extremos.
Por una lado, Omar García Harfuch, policía de carrera con visión de derecha por su origen en la élite del poder; por el otro a Clara Brugada, una mujer de izquierda radical.
Ninguno de los dos perfiles convence a la base de Morena ni a sus dirigentes ni al gran elector: Andrés Manuel López Obrador.
Este 30 de octubre tenían que dar a conocer a su candidato a Jefe de Gobierno de la CDMX en 2024, pero decidieron aplazar la decisión hasta el próximo 10 de noviembre al no haber acuerdos internos.
Morena está en una encrucijada porque si opta por García Harfuch, la base de militantes de Morena se echarán de brazos cruzados.
Morena se divide en CDMX
Si por el contrario caen en el chantaje de Brugada, claramente no van a ser competitivos en más de la mitad de las 16 alcaldías, que son gobernadas por la oposición donde existe un alto rechazo a Morena y los gobiernos de izquierda.
Es decir, ni García Harfuch y Brugada garantizan el triunfo por la división y falta de unidad que ya expresaron los militantes al dejar plantada a Claudia Sheinbaum, portadora del bastón de mando de la 4T, en el Estadio Azul.
La decisión de alargar la fecha del resultado los mete en un mayor problema, debido a que se va intensificar la lucha interna y comenzará la desesperación de los equipos políticos que se han inclinado por alguna de las opciones que están cerradas al no haber una tercera vía.
Por si fuera poco, ya hicieron trizas a Gracia Harfuch en imagen, quien era su mayor fortaleza.
Morena tiene que hacer bien su cálculo porque está en la antesala de la derrota en 2024.
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