En un largo debate plagado de acusaciones mutuas entre diputados de la 4T y la oposición, el Congreso capitalino aprobó la minuta de reforma constitucional que permitirá la presencia de las fuerzas armadas en las calles hasta 2028.
La minuta se aprobó con 42 votos a favor de Morena, PT, PVEM y el PRI, contra 22 votos del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.
Se abstuvo la legisladora del PRI Silvia Sánchez Barrios.
MERO TRÁMITE
La aprobación de la minuta fue un mero trámite, pues se requería de mayoría simple y Morena contaba con los números para lograrlo.
Para aprobar la minuta, el Legislativo local realizó una sesión especial en carácter de integrante del Constituyente Permanente.
La sesión se convocó a las 9:00 horas, pero inició hasta las 11:12 de la mañana, pues la oposición y Morena no se ponían de acuerdo sobre la forma en la que se conduciría el debate.
Los de Morena querían acortar la discusión y plantearon que solo subieran a tribuna tres oradores en pro y tres en contra.
Pero PAN, PRD Y Movimiento Ciudadano exigieron que también hubiera en tribuna un diputado por cada grupo parlamentario para razonar su voto, así como una lista de legisladores de todos los partidos para hablar por “hechos”.
Eso alargó el debate por casi cuatro horas, en las que sólo predominaron señalamientos y denostaciones sobre qué proyecto político ha sido el peor en materia de seguridad.
Los opositores lamentaron que la minuta de reforma constitucional representa una militarización del país.
Del lado de la 4T los legisladores acusaron de hipócritas a los panistas, pues dijeron que fue con Felipe Calderón cuando inició la militarización en México.
PODER Y ESTUPIDEZ
En su intervención en tribuna, el panista Aníbal Cáñez lamentó que el poder y la estupidez juntas “vaya que son peligrosas”.
Acusó que la mala estrategia de seguridad seguida en el país tiene a 120 mil familias enlutadas.
Criticó que aprobar esta minuta es enterrar el esfuerzo de generaciones que han luchado para evitar la intervención castrense en tareas de seguridad.
A gritos, dijo que no se puede legislar atendiendo las pasiones del Presidente y fustigó que el compromiso lanzado en su momento por Andrés Manuel López Obrador no se cumplió.
“No hay causa que justifique esa extensión de la presencia militar en las calles”, dijo Cáñez.
ALCOHÓLICO
A favor de la minuta subió a tribuna el morenista Nazario Norberto Sánchez, un legislador acusado de acoso sexual, además de ser exhibido en redes sociales por celebrar sesiones virtuales desde la cantina y en aparente estado etílico.
Mientras Nazario hablaba, diputadas del PAN exhibieron desde sus curules cartulinas en las que se leía: “Aquí un agresor sexual protegido por Morena”.
El diputado morenista se refirió al alcoholismo de Felipe Calderón, lo que generó carcajadas de burla desde las curules panistas.
“A mí no me protege nadie. Estoy limpio”, decía un enardecido Nazario Norberto Sánchez.
Royfid Torres, diputado de Movimiento Ciudadano, lamentó que la presencia de los militares está en casi toda la vida pública del país, pues así como ponen vacunas, construyen trenes y aeropuertos.
Les recordó a los morenistas que en su momento acusaban y lanzaban consignas contra el Ejército opresor, mientras gritaban “la lucha sigue”.
Cuestionó cómo es posible que casi 150 mil elementos de fuerzas federales estén desplegados en el país, pero septiembre se haya convertido en el mes con más homicidios de la historia.
UNIFORME GRANDE
En defensa de la minuta subió a tribuna la coordinadora de Morena Martha Ávila.
Dijo que fue Felipe Calderón quien militarizó al país desde 2006.
“Todos recuerdan que Calderón apareció con un uniforme militar que le quedó grande”, recordó con sorna.
Expuso que la presencia en las calles de la Guardia Nacional será temporal, extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria.
Además, agregó, las fuerzas armadas deberán capacitarse en la doctrina policial civil y por ello no sustituirán a autoridades civiles.
PAZ NARCA
Federico Döring, del PAN, argumentó en tribuna que fue el entonces gobernador de Michoacán Lázaro Cárdenas Batel, quien inició la militarización, pues él pidió a Calderón mandar al Ejército a esa entidad.
Recordó que hoy Cárdenas Batel es el flamante coordinador de asesores del Presidente de México.
Luego se lanzó contra lo que calificó como una hipocresía de Morena al negociar con la delincuencia.
“Cuando vienen aquí a decir que no promueven la guerra sino la paz no le pusieron el adjetivo. Lo que ustedes proponen es la paz narca, la paz narca que hace que con el fentanilo ganen las elecciones en Sinaloa, en Sonora.
“La paz narca que hacen con el rey del huachicol, Sergio Carmona y ganen Tamaulipas, con más de 220 millones de dólares investigados por autoridades estadounidenses, la paz narca que hace que el secretario de Gobernación le entregue al Cártel Jalisco Nueva Generación la Secretaría de Seguridad Ciudadana en Tabasco y no pase nada”, acusó Döring.
SHEINBAUM MIRA AL CONGRESO
Al razonar su voto, la diputada del PAN Gabriela Salido criticó que para este tema la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum por fin volteara a ver al Congreso de la Ciudad.
Expuso que por primera vez se intentó hacer política con el Legislativo local porque le conviene a las aspiraciones de la mandataria capitalina.
Lo dijo en referencia a la reunión que ayer encabezaron el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y Claudia Sheinbaum, con diputados locales de todos los partidos.
Pero Salido lamentó que en el fondo de la reunión y de los discursos pronunciados ayer por parte de Sheinbaum se escondió un llamado al activismo electoral.
Acusó que la minuta constitucional le garantizará a las Fuerzas Armadas la posibilidad de mantenerse en el poder de la manera más maliciosa y ruin.
Recordó que en la Comisión Nacional de Derechos Humanos hay un incremento de reportes en un 50 por ciento de quejas contra la Guardia Nacional.
Al replicar a la oposición, la morenista Nancy Núñez fustigó al PAN por creer tener tanta moral que tiene doble moral.
Recordó que el secretario de Seguridad en el sexenio de Felipe Calderón hoy enfrenta un proceso penal en Estados Unidos por aliarse con el crimen organizado, en referencia a Genaro García Luna.
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