Desde que abrió el Restaurante Magda en el corazón de San Ángel, éste se ha convertido es un referente gastronómico en la zona, pues está ubicado a un costado del Museo del Carmen, uno de los lugares más antiguos de la ciudad de México que está lleno de tradición y donde no podía faltar la celebración del Día de Muertos.
Y en estas época en la que se recuerda a los Fieles Difuntos, no podía faltar que Magda se uniera a tan importan costumbre mexicana colocando al centro del lugar una Ofrenda, que como era de esperarse, siempre con una propuesta realizada por unos de sus fundadores, Ricardo Casas.
En esta ocasión el diseñador industrial se inspiró en un candelabro de Barro Negro, al cual hizo bajar a las ánimas al llamado de la luz para visitar a sus seres queridos y degustar los alimentos, esta vez compuesto por mazorcas de maíz y tequila.
El candelabro se acompañó de lianas de flor de Flor de Cempasúchil con calaveritas de cartonería, veladoras y cráneos de barro.
Como muchas de nuestras tradiciones, fue una ofrenda llena de luz y color con un toque novohispano que le dio el espacio de Magda, pues sus instalaciones en algún momento fueron parte del Museo del Carmen, además con ello se unió al recorrido de Catrinas de San Ángel.
Se sumó el toque gastronómico
Y por supuesto no pudo faltar su toque gastronómico con su propuesta de Pan de Muerto, alimento que distingue estas fetividades del 1 y 2 de Noviembre.
No hay que olvidar que nuestro pan de muerto, simboliza lo espiritual, respetando la tradicional forma circular que caracteriza el ciclo de la vida y la muerte, hasta las cuatro canelillas que hacen alusión a los huesos de los difuntos, así que en esta ocasión tuvo un toque de la mano de su chef Mario Espinosa, convirtiendo el postre en un manjar de estas festividades, al rellenarlo de crema y fruta.
Esta ricura estuvo disponible hasta el 3 de noviembre y fue acompañado de un menú que homenajea los platillos inspirados en el río Magdalena. todo para ¡Chuparse los dedos!
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