“La represión del Estado se hace presente”, decía un médico desde su megáfono afuera del Palacio Nacional.
En su arenga afirmaba que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador con su llamada cuarta transformación viola el derecho a la libre manifestación de las ideas.
Frente a él había cientos de trabajadores de salud de la Ciudad de México (CDMX), quienes están en pie de lucha tras la extinción del ente local para la fusión con el IMSS-Bienestar.
Su objetivo era que los recibiera el Presidente, pero no hubo respuesta.
Al no ser atendidos por el presidente de la República, el contingente marchó hacia la Secretaría de Gobernación para que conocieran sus demandas.
Los granaderos reprimen a los manifestantes
En medio de su camino, fueron interceptados en la calle Francisco I Madero por un muro de granaderos, todos forrados de negro con sus cascos y escudos.
A las 8:05, el personal de seguridad de la Ciudad de México impidió el paso a los manifestantes.
Los doctores, enfermeras y demás personal de salud, quienes vestían su típico uniforme blanco, fueron encapsulados, entre las calles de Bolívar y Motolinia.
La situación causó enojo e indignación por parte de los trabajadores de la salud.
Sus representantes exigieron hablar con algún encargado para que los dejaran seguir su marcha.
“Somos pueblo, somos pueblo”, gritaban a los granaderos para convencerles de que la lucha no es con ellos.
La Dra. Maria Belén, trabajadora del Hospital General Enrique Cabrera, en medio de los granaderos cuenta a Capital CDMX la respuesta que les dieron en Palacio Nacional.
“La situación en Palacio Nacional es que nos cerraron las puertas, no han salido a platicar con nosotros, no tenemos la certeza de que vamos a ser basificados, IMSS Bienestar no es un proceso de basificación, tenemos compañeros de Guerrero de Tlaxcala a pesar de haber estado un año en transición no han sido basicados tenemos la incertidumbre de que eso sucederá aquí en la Ciudad de México”, dice con angustia.
Desde las 5 de la mañana, los trabajadores estuvieron esperando a que Andrés Manuel López Obrador los atendiera.
La Dra. Belén comenta que han asistido a cinco mesas de negociación, donde no les han resuelto nada.
Mientras tanto, otra de sus compañeras, la Dra. Erika Cano, daba su posicionamiento a la prensa.
Explicó a los medios que el motivo de la marcha hacia Gobernación era exigir la instalación de una mesa de trabajo con las personas correspondientes para solucionar la situación de la basificación de una vez.
“Es una vergüenza que el gobierno mande a los granaderos como si nosotros fuéramos delincuentes, nosotros no somos delincuentes, somos profesionales, especialistas muchos de nosotros, están enfermeras, médicos, camilleros, personal, trabajadores de salud y tenemos el libre derecho a expresarnos”.
Los trabajadores tratan de salir
Varios manifestantes trataban de salir por su cuenta del bloqueo.
Sus compañeros insistieron en no provocar al personal de seguridad.
Paso casi una hora del encapsulamiento, una técnica de la Policía para amedrentar a los manifestantes en la CDMX, pese a que se viola el derecho al libre tránsito.
Los médicos fueron perdiendo fuerza y decidieron irse a descansar a la sombra, ante los fuertes rayos del sol naciente.
Otros decidieron sentarse en las sillas que estaban afuera de los restaurantes.
Para presionar a que los dejaran salir, los representantes de los trabajadores decidieron que el resto de sus compañeros que no quedaron atrapados, bloquearan las avenidas principales.
Después de varios minutos discutiendo con el personal encargado, los dejaron salir hacia la calle Motolinia.
Cerca de las 9:31, se terminó el encapsulamiento.
Los granaderos abrieron un espacio para que pudieran salir los manifestantes, antes tuvieron que formar una fila para salir en orden.
Los trabajadores, luego de ser reprimidos regresaron a sus centros de salud para seguir con su rutina, mientras esperan una nueva mesa de negociación este jueves.
Imprimir artículo
