Luego de reclamar el expediente de su hija de 13 años víctima de feminicidio, Flora fue atacada por la policía a las afueras de las oficinas de la CNDH mientras esperaba de ser atendida.
A Ayelin Iczae la encontró su tío cuatro días después de desaparecer.
Fue a 400 metros de su casa, muerta sobre una barranca de la colonia La Candelaria en Tixtla de Guerrero.
A partir de esto, el camino de Flora Marcela comenzó a llenarse de piedras.
La madre se vio forzada a aceptar el destino de cientos de mexicanos, quienes son desplazados de sus comunidades para salvaguardar su seguridad.
Las investigaciones del feminicidio
Mientras flora emigraba con sus dos hijas menores de edad, la Fiscalía de Guerrero inició con las investigaciones correspondientes para cerrar la carpeta.
Así, tiempo después, autoridades emprendieron una serie de detenciones ilegales.
Según familiares de los detenidos, los policías irrumpieron en sus casas sin ordenes de aprehensión.
A pesar de las irregularidades, las acciones continuaron y resultaron en cuatro sujetos vinculados a proceso por el feminicidio de la menor.
De esta forma, la Fiscalía cerró el caso y la protección brindada por el Mecanismo de Protección a Víctimas le fue retirado a las afectadas.
Paralelamente, uno de los implicados aseguró que una mujer, vecina de las víctimas, fue quien ordenó y pagó para efectuar el secuestro de Ayelin y su madre.
La presunta autora intelectual, vinculada con un grupo de delincuencia organizada, continúa en libertad.
Las agresiones contra Flora
Flora no conforme con la determinación legal, acudió la tarde de ayer a las oficinas de la CNDH para pedir el acceso al expediente de su hija.
En respuesta, la madre no sólo no fue atendida, sino que recibió agresiones físicas por parte de policías federales a las afueras de la CNDH.
A las 3:30 de la mañana, la mujer fue dada de alta del hospital para continuar rauda su camino hacia el Ministerio Público en donde interpondrá una denuncia por el abuso al que está siendo sometida.
