Ciudad de México.- Después de las elecciones tuve la oportunidad de viajar a la ciudad de Nueva York. La aerolínea me exigió comprobar que me había hecho la prueba de Covid-19, PCR o de antígenos con resultado negativo para poder ingresar a los Estados Unidos.
El pasado 15 de junio esta ciudad levantó las restricciones sanitarias contra la pandemia. Aquí, todas las personas vacunadas con la segunda dosis o la única dosis de Jhonson & Jhonson, pueden quitarse con seguridad el cubre bocas; terminar la sana distancia tanto en lugares cerrados como abiertos; no hay límites de capacidad en los espacios públicos, y tampoco hay restricciones en restaurantes.
A pesar de la casi total flexibilidad, se debe seguir utilizando el cubre bocas en el transporte público, hospitales, aviones, prisiones y albergues para personas en situación de calle. Todas las personas que no se hayan vacunado deben utilizarlo.
De enero a junio se han administrado nueve millones de vacunas completas. Según la página del Departamento de Salud (www1.nyc.gov) en esta ciudad viven 6,632,695 personas, de las cuales 1,280,408 son adultos mayores de 65 años. El gobierno ha vacunado al 74% con al menos una dosis y al 69% con dosis completas.
Los adultos de 18 años en adelante son 4,383,626 personas, de las cuales han vacunado a 66% con una sola dosis y 59% con dosis completas. De la población que está en edad de recibir la vacuna, el 36% no ha sido vacunado, y el 45.3% de las personas de todas las edades, incluyendo niños y niñas, no han sido vacunados.
El estado de Nueva York fue uno de los estados más afectados por la pandemia solo detrás de California. El total de muertes en la ciudad desde que inició la pandemia ha sido de 33,277 personas con datos hasta el 22 de junio. Ahora el problema es la excesiva confianza en que una vez que se han aplicado la vacuna, ya no hay riesgo de contagio.
Y mientras tanto, la Ciudad de México ha regresado al semáforo amarillo. La principal crítica al gobierno de la ciudad es que al pasar al semáforo verde, un día después de las elecciones, abrió la posibilidad para que los niños, niñas y jóvenes regresaran a la escuela. No había transcurrido una semana y tuvieron que volver a cancelar las clases presenciales porque detectaron contagios tanto en escuelas públicas como privadas. Dos semanas después regresamos a semáforo amarillo pero sin restricciones a las actividades económicas, y con la libertad de abrir los negocios en el horario que establezca su permiso de operación. ¿No le parece contradictorio?
El portal de la Ciudad de México sobre la información más relevante (covid19.cdmx.gob.mx) no funciona y el sitio federal (datos.covid-19.conacyt.mx) indica que ha habido 30,884 muertes en la CDMX. No hay información sobre la vacunación ni sobre la veracidad de los datos que escuchamos desde las conferencias de prensa. La transparencia y la rendición de cuentas no es un atributo del gobierno.
Para ingresar a México, nadie en el mundo tiene que comprobar tener prueba negativa de Covid-19, pueden entrar libremente al país.
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