Invasiones en el Cerro de la Estrella, entre la indolencia y omisiones oficiales. Sheinbaum, Encinas y Brugada, protagonistas de la ominosa historia

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Alberto Cuenca Reportero en Capital CDMX

Amenazados incluso de muerte, vecinos del Cerro de la Estrella protagonizan desde hace décadas una batalla en diversos frentes por preservar lo que aún queda del Área Natural Protegida en ese cerro de Iztapalapa.

Las casas y otras construcciones ilegales han devorado casi la totalidad de ese pulmón enclavado en medio de la urbe, pero los vecinos no se rinden, a pesar de la sistemática indolencia, omisiones y actitudes oficiosas de funcionarios.

Los vecinos mencionan sin tapujos a connotados miembros de la 4T en esa lista de funcionarios que a lo largo de los años han actuado por acción u omisión contra este suelo de conservación.

Ahí están Claudia Sheinbaum, Alejandro Encinas y Clara Brugada.

De Brugada acusan que la funcionaria se encuentra en un abierto desacato judicial, pues no ha dado cumplimiento a la resolución de un juez que ordenó el desalojo de invasores del Área Natural Protegida (ANP) Cerro de la Estrella.

Brugada no ha hecho nada por desalojar a los invasores y a pesar de ello no se le aplicó ningún castigo a la alcaldesa de Iztapalapa, como la destitución.

Tampoco ha ocurrido nada con una denuncia penal que los colonos presentaron desde febrero de 2020, en la que señalan con nombre y apellido a los presuntos líderes de esas invasiones.

INVASIÓN RECIENTE

Jorge García Luna y Fernando Buendía son dos de estos colonos que por años se han dedicado a defender lo poco que queda del suelo de conservación en el Cerro de la Estrella.

Apenas sobreviven 90 hectáreas de árboles, pastizales y arbustos.

Capital CDMX realizó con ellos un recorrido por las invasiones, añejas y recientes, en los distintos parajes que le quedan a esa Área Natural.

Una de las invasiones más recientes se registró en febrero de 2020, cerca de un paraje que los vecinos conocen como Cufas.

Ubicado en el lado sur del Cerro, ese paraje colinda con la barda perimetral del panteón civil de Iztapalapa y con una cañada llena de basura y de aguas negras.

En este sitio hay calles sin nombre y sin pavimentar.

No se cuenta con servicio de agua y frente a las viviendas los invasores colocaron tinacos para almacenar líquido.

Hay al menos un centenar de casas en esta zona, una parte de ellas levantadas con pedazos de láminas, cartones y madera.

Del otro lado de una calle que baja de la cima del Cerro las casas ya lucen consolidadas, edificadas con tabique y cemento.

Esa es la única calle con nombre.

La calle se llama Gloria y ahí se han colocado varios postes y cables de luz, pero no los instaló la Comisión Federal de Electricidad, sino una empresa contratada por los propios invasores, llamada Corporativo Eléctrico Verea.

La CFE no entra a electrificar en el área por tratarse de viviendas asentadas ilegalmente en suelo de conservación.

Resulta curioso que en varios de esos postes hay cámaras de videovigilancia colocadas estratégicamente para dar cobertura de observación a la zona invadida desde febrero de 2020.

DENUNCIA PENAL

El 10 de febrero de ese año e inmediatamente después de que se registró la invasión, los vecinos presentaron una denuncia penal ante la Fiscalía Desconcentrada en Investigación de Delitos Ambientales y en Materia de Protección Urbana.

A partir de la denuncia se abrió la carpeta de investigación CI-FEDAPUR/A/UI-1 C/D/00072/02-2020.

En la denuncia, pero sobre en las posteriores ampliaciones y ratificaciones de la misma, los vecinos hicieron señalamientos concretos contra personas a las que acusan de encabezar la ocupación ilegal del ANP.

En la carpeta de investigación se menciona a Ernesto Fernández Tachiquín y su Fundación Tachiquín, así como a Eduardo Silva Sánchez como personajes que ostentan dueños de un predio que funge como rancho en el interior del Área Natural Protegida.

También se menciona a Gonzalo Silva Sánchez, quien dice ser propietario de distintos predios que lotifica y vende.

Se incluye a Silvia Silva Sánchez, quien se dice propietaria de diversos predios que lotifica y vende en el ANP.

Ella se encuentra relacionada con el expediente de la Procuraduría Ambiental PAOT-2007-260-SOT-129.

En la carpeta también se cita a Rosita Estefanía Morales Bustos, quien se dice propietaria de diversos predios que lotifica y vende en el ANP.

Los vecinos le atribuyen a ella la gestión para electrificar el asentamiento irregular, ostentándose como representante del predio Las Maravillas.

Según la declaración que hicieron los colonos ante el MP, todos estos personajes ocupan el rancho que se asienta ilegalmente en el Área Natural y han lotificado para su venta el paraje llamado Matlalotzi o Matlalochi.

En una ratificación de su denuncia, ya durante 2021, presentaron oficios de la CFE en donde esa empresa del Estado niega el servicio de electrificación en Matlalochi al advertir que se trata de un asentamiento ilegal.

AMENAZADOS

Durante el recorrido, los vecinos no ocultan su nerviosismo y temor. Dicen que nadie pasa desapercibido en el lugar.

“A ver si no nos corretean”, advierte Fernando Buendía.

Su miedo está fundado, pues recuerda que una vez y también durante un recorrido que realizó un grupo de colonos por otro paraje invadido, un sujeto les salió al paso apuntándoles con una escopeta.

Jorge García dice que en tres ocasiones cambió el número de teléfono en su vivienda, pues a todas horas llamaban para advertirle que si seguía chingado con los del Cerro de la Estrella lo iban a desaparecer.

Su esposa le ha dicho que deje ya por la paz ese tema de las invasiones.

LUGAR DE CACHARROS

En la ladera norte del Cerro de la Estrella se encuentra la colonia Santa María del Monte y de ese lado la invasión no solo se refleja por la existencia de precarias viviendas que se asoman entre la maleza.

La ocupación ilegal se da de otras formas, porque en estos parajes los pobladores usan el Área Natural Protegida para estacionamiento de microbuses y hasta de tráileres.

En esta ladera del Cerro se encuentra el Museo del Fuego Nuevo y un poco más abajo hay instalaciones abandonadas de lo que alguna vez fue un cuartel de la Policía Montada.

Ahí el lugar está lleno de cacharros olvidados que a decir de los vecinos son un punto de inseguridad.

“Desgraciadamente aquí vienen y tiran cadáveres, violan mujeres”, relata lacónico Fernando Buendía.

A ello se suma que toda el Área Natural Protegida está llena de cuevas en donde se practican rituales de brujería.

El escenario lo complementan tiraderos de cascajo cerca de un muro que supuestamente delimita la zona urbana con el suelo de conservación.

HISTORIA

El 24 de agosto de 1938 el presidente Lázaro Cárdenas publicó en el Diario Oficial de la Federación un edicto por el cual se decretó al Cerro de la Estrella como Parque Nacional.

En ese decreto, que de hecho sigue en vigor pues no se ha derogado, se estableció que el Parque Cerro de la Estrella se componía de mil 168 hectáreas.

Estas se extendían hasta sitios como lo que hoy es la Calzada La Viga, avenida Tláhuac, Rojo Gómez, Ermita y avenida San Lorenzo.

Pero 53 años después, el 30 de mayo de 1991 el entonces regente del DF Manuel Camacho Solís emitió un decreto a través del cual se declaraba el Cerro de la Estrella como Área Natural Protegida.

El problema es que en ese decreto, Camacho sólo incluyó 143 hectáreas como parte del Área Natural.

Las otras mil hectáreas de lo que fue el Parque Nacional ya se habían perdido con el avance de la mancha urbana.

Jorge García recuerda reuniones con Manuel Camacho y antes con el regente Ramón Aguirre para pedir apoyo oficial en la conservación de Cerro de la Estrella.

Para su sorpresa, la respuesta fue la disminución de las hectáreas del ANP.

La actitud oficiosa de las autoridades traería a la postre más consecuencias negativas para este suelo de conservación.

LA MANO DE SHEINBAUM

El 2 de mayo de 2002 la que era secretaria de Medio Ambiente del Distrito Federal, Claudia Sheinbaum Pardo, firmó un convenio de colaboración con el que entonces era delegado en Iztapalapa, René Arce Islas.

El objetivo central del convenio fue cederle a la delegación política la administración y manejo del Área Natural Protegida Cerro de la Estrella, bajo el argumento de que así se detendría el avance de la mancha urbana y la contaminación generada por tiraderos clandestinos.

A la postre quedó demostrado que nada de eso se cumplió y que el acuerdo tuvo consecuencias devastadoras para este Cerro.

Desde el punto de vista del vecino Jorge García, el convenio fue ilegal, pues se cedió la administración de un Área Natural a la delegación Iztapalapa, cuando no tenía facultades en materia ambiental, arqueológica y cultural.

“Hay una gran cantidad de vestigios arqueológicos en este lugar, que la alcaldía no atiende ni preserva”, lamenta el vecino.

Como letra muerta quedó la cláusula tercera de ese convenio, en donde se establece que la delegación, hoy alcaldía, tenía prohibido realizar alguna acción u omisión que generara la urbanización de la zona o el establecimiento de asentamientos irregulares.

LA LEGALIZACIÓN DE ENCINAS

La cosa no paró ahí.

El 2 de noviembre de 2005 en su calidad de jefe de Gobierno sustituto, Alejandro Encinas emitió un nuevo decreto que volvía a declarar el Cerro de la Estrella como Área Natural Protegida.

En los hechos se trató de una artimaña legal para reducir de 143 a solo 121 las hectáreas reconocidas oficialmente como suelo de conservación.

Esto permitió regularizar asentamientos ilegales en una extensión de 22 hectáreas.

Y la historia siguió nueve años después, pues en el gobierno de Miguel Ángel Mancera y concretamente el 5 de junio de 2014 se publicó otro decreto para escriturar zonas del Cerro de la Estrella que estaban invadidas.

La escrituración se logró con una reforma que aprobó la entonces Asamblea Legislativa del DF al Programa Parcial de Desarrollo Urbano Cerro de la Estrella.

Así llegamos a la época actual en la que solo quedan las 90 hectáreas de un bosque de eucaliptos, cedros y algunos pinos, los cuales aún rodean y protegen lo que permanece de una zona arqueológica.

EL AMPARO

Los vecinos se ampararon contra la modificación de ese Programa Parcial.

El juicio de amparo quedó radicado en el Juzgado Primero de Distrito en Materia Administrativa de la CDMX con el número 835/2014.

Para el 30 de enero de 2015, el juez primero de Distrito Gabriel Regis López resolvió a favor de los vecinos.

En la sentencia estableció que la reforma al Programa Parcial Cerro de la Estrella no debía ser aplicada.

“Esto es, no se regularice ninguno de los asentamientos humanos ilegales ubicados dentro del Área Natural Protegida Cerro de la Estrella y se reubiquen dichos asentamientos fuera de sus márgenes a fin de que se cumpla con los fines de conservación”, se lee en la sentencia.

Si bien las autoridades capitalinas no procedieron a la regularización de los asentamientos, las viviendas ahí levantadas no han sido reubicadas.

Así la lista de autoridades en desacato ha sido larga, pues inicialmente la responsabilidad de cumplir la sentencia fue del entonces jefe delegacional perredista Jesús Valencia.

Luego, le siguió la también perredista Dione Anguiano, quien tuvo que cederle el poder a la morenista Clara Brugada, sin castigo para nadie de ellos por el abierto desacato.

DE UN LADO AL OTRO

No todo han sido derrotas para los vecinos.

En 2018 lograron que el gobierno de José Ramón Amieva desalojará a 600 integrantes del Frente Popular Francisco Villa que ya se habían asentado con casitas de cartón en el paraje de Cufas.

Además, los colonos han reforestado con mil 500 árboles esa zona, para restaurarla y protegerla.

Jorge García recuerda que en la época reciente han acudido de un lado a otro para pedir la intervención oficial.

Cuando Claudia Sheinbaum ganó los comicios de 2018 y ya como jefa de gobierno electa, los vecinos fueron a solicitar su ayuda.

Acudieron a la casa de campaña y luego de transición de la morenista, en la calle de Sevilla 716 de la colonia Portales.

Ahí le entregaron un expediente completo sobre su batalla para preservar el Cerro de la Estrella.

Lo que hizo Sheinbaum fue remitirlos con todo y el expediente a la que entonces era la alcaldesa electa en Iztapalapa Clara Brugada.

Sheinbaum recordó que en mayo de 2002 y como secretaria de Medio Ambiente, firmó un convenio en el que se le otorgaban facultades administrativas al gobierno de Iztapalapa respecto al Cerro de la Estrella.

Para los vecinos resultó irónica la salida que les ofreció en ese momento Claudia Sheinbaum, pues cuando Brugada fue delegada política -entre 2009 y 2012- los colonos ya habían acudido con ella para pedir su apoyo y no hizo nada.

LA ARQUEOLOGÍA COMO SALIDA

Una opción que hoy ven los vecinos para preservar el Área Natural Protegida de este Cerro de Iztapalapa es lograr que se emita una declaratoria como zona de monumentos arqueológicos.

Así el lugar tendría recursos y protección federal.

En este argumento hay un hecho evidente: El sitio está lleno de vestigios que datan de la época prehispánica.

Cuando se camina por entre las veredas, trotapistas y senderos que han hecho corredores y deportistas, se pueden observar glifos marcados en piedras ubicadas al lado del camino.

Desafortunadamente hoy nadie se ocupa de esos vestigios, que son víctima del vandalismo y de grafitis.

El único punto oficial de interés es la pirámide ubicada en la cima de Cerro, desde donde se aprecia un pequeño bosque enclavado en medio del cemento, que avanza lento y amenazante hacia aquí.

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