Deslindes. Con el ataque a Loret de Mola, el presidente violó la ley y causó un clamor exigiendo poner límites a sus excesos.
Abordo el tema desde un ángulo poco tratado: las distancias de diversos actores y sectores de la 4T hacia un presidente que se va quedando solo con sus fobias.
Twitter es la red social más activa en la comunicación política.
Uno de los indicadores más comentados es el mitin cibernético con más de 60 mil usuarios que hubo el viernes por la noche.
Twitter tiene otros barómetros.
Uno de ellos son tres “etiquetas” (hashtags) que revisé entre el viernes 11 y el domingo 13 de febrero a las 9 de la noche.
#TodosSomosLoret recibió 438,674 tweets;#TodosSomosAMLO, 96,198; y #NoTodosSomosLoret, 11,534.
Esta última pone distancia con Loret y censura el comportamiento presidencial; pero aun aceptando la rigidez de las “etiquetas” para capturar matices, por cada apoyo al presidente hubo cuatro condenas.
La prensa escrita sí permite matices como los hechos por Julio Hernández López y Jorge Zepeda Patterson en columnas para La Jornada y Milenio.
Reprueban lo hecho por el presidente y ponen distancia frente al tipo de periodismo que en ocasiones practica Loret de Mola.
Deslindes
Esa equidistancia también se observa en la actitud de los precandidatos a la presidencia.
Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum optaron por guardar silencio ante los medios y evitar el tema en sus cuentas de Twitter.
Ninguno pone distancia con el presidente, pero tampoco quieren enemistarse con la prensa vilipendiada constantemente por él.
Cada uno de ellos tiene razones diferentes para mostrar cautela porque sus realidades también lo son.
Me detengo en Claudia Sheinbaum porque pareciera ser la favorita del presidente y porque en su columna del pasado sábado para El Universal, Roberto Rock incluyó información muy relevante.
Rock sostiene que el comportamiento presidencial está infligiendo daños colaterales a los suyos.
Refuerza su tesis con encuestas internas de Morena donde se dice que, en la capital, la aprobación al presidente cayó a una cifra que oscila entre 50 y 52 puntos, mientras que la jefa de Gobierno está instalada en un cómodo 70.
¡Qué dilemas tan diabólicos tienen los precandidatos de Morena a la presidencia! Es de elemental justicia que reconozcan su deuda y ensalcen los méritos de Andrés Manuel.
Sin él difícilmente estarían tan cerca de la silla del águila.
Pero tampoco pueden hipotecar todo su futuro a las fobias que enturbian el ánimo presidencial.
Los desplegados
Con esa lógica analicé el desplegado firmado por 18 gobernadores (algunos de ellos impresentables) de Morena y partidos afines atribuido por El Universal a Claudia Sheinbaum.
El texto reconoce y alaba el proyecto presidencial y critica a los malvados conservadores.
Lo más relevante es que evade el motivo por el cual publicaron el documento: la reacción al brutal ataque del presidente a Loret y a la prensa.
Al interior de la 4T siguen creciendo los deslindes de quienes rechazan algunas actitudes y políticas del presidente.
Algunos lo hacen por desacuerdos con el fondo y la forma, otros porque su futuro también depende de la opinión que tengan los votantes sobre ellos.
Si el presidente no cambia crecerán las distancias y su soledad.
Regreso al punto de partida. Me pareció condenable el ataque a Loret de Mola, fue la culminación de la ofensiva que trae el presidente desde hace tres años contra los periodistas, los académicos y la sociedad civil; una campaña caracterizada por la pobreza argumentativa y la negativa a dialogar con los señalados.
El presunto salario de Loret de Mola no sustenta las gravísimas acusaciones de que Loret es un “mercenario”, un “golpeador”, un “corrupto”; mientras guarda silencio sobre el espinoso tema del estilo de vida y el trabajo de su hijo en Houston.
Hay suficientes motivos para asegurar que el pasado fin de semana una parte importante de la sociedad hizo un deslinde muy claro y positivo.
Afloró la disposición a defender la libertad de pensamiento y expresión y a exigir el respeto de quienes gobiernan.
En el trasfondo del entendimiento tácito y los deslindes está el rechazo a las ilegalidades, a las corrupciones y a los abusos de autoridad.
No hicimos una transición pacífica para quedarnos callados.
@sergioaguayo
Colaboró Sergio Huesca Villeda y Dulce Alicia Torres Hernández
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