De tragedias y omisiones

La reforma eléctrica podría acabar con el PRI

De tragedias y omisiones. Las tragedias ocasionadas por la naturaleza provocarían menos pérdidas humanas con una política de prevención y coordinación efectiva entre los gobiernos estatales, municipales y el federal.

El desgajamiento del Cerro del Chiquihuite es un ejemplo claro. La corrupción permitió que la gente construyera y pusieran en riesgo sus vidas.

Las personas que ahí vivían advirtieron a las autoridades de deslizamiento de rocas ocasionado por las fuertes lluvias. Sin embargo, no les hicieron caso.

El resultado de ignorar las alertas vecinales es de una persona muerta y 10 desaparecidas. Es una tragedia que se pudo evitar.

Las inundaciones en Tula no podían evitarse, pero sí la tragedia que estas trajeron y que lastimaron a cientos de familias.

Hay 16 fallecidos y 70 mil damnificados por la omisión de las autoridades federales, estatales y municipales.

De tragedias y omisiones

Y aunque se echan la pelotita la Conagua, el gobierno estatal y municipal, así como protección civil federal, lo cierto es que fueron omisas por no tener coordinación.

El periódico Milenio publicó el lunes, como nota principal: “Descargas desde CDMX aceleraron inundación en el Valle del Mezquital”.

Y señala que el Túnel Emisor Oriente, construido para evitar inundaciones en la capital del país trasladó el problema a Hidalgo.

Contradicciones

Hay contradicciones y declaraciones distintas de las autoridades en ambos casos. Nadie asume la responsabilidad o, más bien, la irresponsabilidad de las omisiones.

De haber atendido a tiempo las alertas, podrían haberse salvado vidas, pero parece que los gobiernos están aletargados y no sirven a la gente.

La política, deberían entenderlo, no sólo es reunirse entre encumbrados personajes y hablar de frivolidades.

También es atender los problemas de los gobernados, sobre todo cuando hay vidas en peligro.

Nuestro país sufre por los fenómenos naturales. Las fuertes lluvias, la construcción en cerros, los sismos son presente y futuro.

Por esa razón debería tener mejores sistemas de prevención, responsabilidad al momento de tomar decisiones y efectiva coordinación.

Pero eso no da votos y entonces no es de interés de autoridades federales, estatales o municipales.

La omisión mata y deberían ser castigados quienes ignoran las alertas.


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