Zaldívar se aferró a extender su mandato y perdió

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El ministro Arturo Zaldívar tardó cuatro meses en darse cuenta de la inconstitucionalidad de extender dos años más su gestión al frente de la SCJN. Zaldívar se aferró a extender su mandato.

Se aferraba, a una decisión aprobada en las Cámaras de Senadores y Diputados, y cuestionada, desde un principio, por juristas y barras de abogados.

Un albazo lanzado por el senador del Partido Verde, Raúl Bolaños, quien creyó que así sería presidente del Senado y luego candidato a gobernador de Oaxaca.

Su lambisconería con la llamada Cuarta Transformación no le alcanzó para la primera, seguro tampoco logrará la segunda.

Después de meses de discusión y debates sobre la extensión de mandato, Zaldívar finalmente anunció que su gestión terminará el 31 de diciembre de 2022.

Midió sus posibilidades entre sus pares y se dio cuenta de que no contaría con los votos necesarios de sus compañeros para extender su presidencia.

Zaldívar informó su decisión al Presidente el jueves pasado y la hizo pública un día después.

Zaldívar se aferró a extender su mandato y perdió

López Obrador explotó: “el poder judicial está podrido”. Acusó al resto de los ministros de estar al servicio del “antiguo régimen” y continuó sus ataques.

“Jueces, magistrados y ministros están echados a perder. Hay excepciones honrosas, pero por lo general el Poder Judicial está podrido”.

“O sea muchísima corrupción en los jueces, no representan al pueblo y la verdad”, señaló.

Todo esto se dio en el contexto de la crisis en la Tribunal Electoral. A los 7 magistrados exigió su renuncia “por dignidad”.

Al Presidente no le gusta la separación de Poderes

López Obrador no respeta la separación de Poderes. Se entromete en la vida interna del Legislativo y Judicial, en este último con el contubernio de Zaldívar.

El ministro presidente quería extender su mandato y cabildeó con los demás ministros; sin embargo, no encontró respaldo.

Se vio obligado a recular. Perdió, incluso, la fama de honestidad e imparcialidad con la que contaba.

Fueron meses de silencio y coqueteo con la posibilidad de extender su presidencia. Al final, Zaldívar y López Obrador fueron derrotados por la razón jurídica.

Al no poderse quedar con el control absoluto de la Corte, ahora López Obrador va por el INE y por el Tribunal Electoral.

Quiere disolverlos y poner al frente de esas instituciones aliados de su movimiento; incondicionales y leales a Palacio Nacional.

La democracia que concibe el tabasqueño es totalmente distinta a la que aspiramos la inmensa mayoría de los mexicanos.

Para López Obrador la única democracia que vale es la que él impone.


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