Tiempo de venganzas políticas

La reforma eléctrica podría acabar con el PRI

Tiempo de venganzas políticas. Repetir: “no es mi fuerte la venganza”, no hace que eso sea verdad, ni que el presidente Andrés Manuel López Obrador no anhele encarcelar a sus “adversarios”.

Ya tiene en la cárcel a Rosario Robles, a quien no le perdona haber tenido una relación cercana con Carlos Ahumada.

El empresario argentino detonó el escándalo cuando René Bejarano se embolsaba fajos de dinero, siendo uno de los personajes más cercanos al tabasqueño.

También va por los panistas, que son vistos desde Palacio Nacional como los únicos opositores a su gobierno.

Para llegar a ellos utiliza al exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, quien los acusa de haber recibido dinero del gobierno anterior para que aprobaran la reforma energética.

Tiempo de venganzas políticas

Jorge Luis Lavalle, exsenador del PAN, está desde abril pasado en el Reclusorio Norte.

Ahora López Obrador quiere que Ricardo Anaya sea el siguiente, para ello echó a andar la maquinaria de la Fiscalía General de la República (FGR).

El gobierno del tabasqueño pasará a la historia como el del rencor, el odio, las calumnias, las mentiras, el uso faccioso de las instituciones de justicia.

Pero también por no investigar y menos sancionar los actos de corrupción de familiares y cercanos del presidente.

Anaya informó que saldría del país y dice que es inocente de las acusaciones por operaciones con recursos de procedencia ilícita, asociación delictuosa y enriquecimiento ilícito.

Advierte una persecución política y por eso abandona el país.

Sabe que mientras López Obrador esté al frente del gobierno, tendrá pocas posibilidades de un juicio justo, como tampoco lo tiene Rosario Robles.

Gobierno pasará a la historia por confrontar

El Presidente se dedica todos los días a confrontar y a ofender a quienes no piensan como él y no simpatizan con su movimiento.

Y es claro que sí persigue a sus opositores; su fuerte sí es la venganza y los encarcela, porque es su manera de vengarse y castigarlos.

Si Anaya es encarcelado perdería sus derechos políticos y estaría fuera del juego de 2024.

El PAN perdería a uno de sus más serios aspirantes a la Presidencia y tendría que echar mano de otro perfil.

Aunque casi todos los gobernadores panistas están mencionados en las declaraciones que Lozoya ha hecho a la FGR.

López Obrador quiere acabar con el PAN, pues es al único partido que ve como su enemigo. Tiene todavía tres años para intentarlo.

Es el tiempo de las venganzas.


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