Crimen Tarahumara: Conforme avanzan las investigaciones, se han añadido más piezas que comprenden el entramado del sanguinario 20 de junio en Cerocahui.
Luego de permanecer por semanas desaparecidos, los hermanos Paul Osvaldo y Jesús Armando, quienes habían sido secuestrados por sicarios del cártel de Los Salazar, fueron finalmente localizados.
La historia comenzó 24 horas antes del día de la masacre durante un partido de beisbol, cuando el equipo financiado por José Noriel Portillo Gil, alias El Chueco, perdió contra sus rivales.
Ante lo que consideró una ofensa, el narcotraficante respondió como sólo su organización resuelve los conflictos.
Así, un día después, el grupo delictivo hermano del Cártel de Sinaloa emprendió el violento día que conmocionó al mundo entero.
La semilla de la matanza en la Sierra Tarahumara
Bajo las supuestas órdenes de Portillo, sus hombres irrumpieron en la casa de los hermanos Berrelleza, integrantes del equipo rival y, por lo tanto, los responsables de la derrota del equipo financiado por el cártel.
Según declaraciones, los sujetos llegaron con fusiles para posteriormente acribillar a Paul y llevarse a Armando, quien fue privado de su libertad hasta hace unos días.
Fue este lunes, 18 días después del secuestro, el día que la Fiscalía de Chihuahua confirmó que las autoridades rescataron a Jesús Armando.
Así como el hallazgo del cuerpo de Paul Osvaldo, abandonado en un ejido de Cerocahui, poblado sede de la masacre.
Testigos aseguran que dentro de la casa de los hermanos habitaban una mujer y su hijo: las otras dos personas desaparecidas de las que no había más información.
Ambas fueron encontradas dos días después con vida. Al momento, se desconoce su parentesco con los hermanos.
El trasiego de sangre
Pasaron horas luego de lo sucedido cuando Pedro Palma decidió comer con un grupo de turistas en el hotel Misión Cerocahui, conocido por ser el más lujoso de la región.
Según testigos, en algún momento de la reunión, El Chueco apareció en el sitio para luego cruzar una conversación con Palma.
Aún se desconoce qué ocasionó la discusión, pero, luego de esta, El Chueco ordenó su secuestro.
Palma, golpeado y malherido, huyó para esconderse dentro de la parroquia, situación que dio pie al suceso que ha indignado a las organizaciones religiosas dentro y fuera de México.
Con información de: El País
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